Liliana Giammarino, incansable luchadora y militante por los Derechos Humanos, falleció días atrás y sumergió a Florencio Varela y Quilmes en un profundo dolor por su pérdida física. Todos la conocían como «Cuca» y se ganó con los años el cariño de quienes se acercaban a la casita de Derechos Humanos de Florencio Varela.
Cuca fue desde muy joven militante del Serpaj (Servicio Paz y Justicia). En tiempos de la dictadura abrazó la teología de la liberación y el peronismo como guía de su vida al servicio de los demás.
Estaba a cargo del departamento de Promoción de Derechos Humanos del municipio de Florencio Varela y miembro del Consejo del Sitio de la Memoria del ex CCD Pozo de Quilmes.