La tarde del 16 de noviembre de 2024 no fue un dñía más en el barrio San Rudecindo, en la localidad de Bosques, Florencio Varela. Pero, cerca de las 18.30, todo se tornó en un desastre. Una discusión entre vecinos derivó en la llegada de móviles policiales y un tumulto que duró varias horas hasta que una bala policial cambiaría para siempre la vida de Ruth Cabral.
Según la reconstrucción judicial, el sargento Marco Livio Rossetti, efectivo de la policía bonaerense destinado a la Comisaría 3ra de Florencio Varela, irrumpió en el domicilio de Ruth con un arma larga, sin pedir directivas a superiores, con el dedo en el gatillo y fuera de todo protocolo. Disparó a quemarropa. Apuntó directo al estómago.
Frente a su hija y su familia
La reconstrucción de la escena señala que Ruth estaba en el patio de su casa, en Iberá al 700. Allí también estaban su hija de 9 años, su pareja, cuñados y suegros. Ninguno entendía qué pasaba. Vieron llegar al policía con chaleco y escopeta, escucharon insultos, y luego un disparo.
“Metete adentro, la concha de tu madre”, gritaba el policía una y otra vez.
Según las declaraciones de Ruth, que consta en la instancia judicial por la que se requiere el juicio, el efectivo policial empujó el arma contra su abdomen mientras le exigía entrar a su casa. “Le dije que estaba mi hija afuera, que no disparara”, relató la mujer en sede judicial después de un largo padecimiento de salud de la que todavía le quedan serias secuelas. Los peritos sostienen que el disparo se produjo con el arma apoyada en su cuerpo. Ruth cayó. Sangraba. Y su hija presenció todo.
La dejaron tirada
Según la instancia judicial, eingún policía asistió a Ruth. Rossetti se retiró del lugar caminando, convencido de que la había matado. Otro agente le gritó “¿qué hiciste?” y también se fue. Fue su familia la que la subió como pudo a un remis y la llevó al hospital Evita Pueblo de Berazategui.
Allí pasó más de un mes en terapia intensiva, fue sometida a varias operaciones, sufrió la pérdida parcial del intestino, tiene secuelas físicas y psicológicas, y hoy necesita usar una bolsa de colostomía. No tiene recursos para costearla. Usa pañales.
El juez Agüero elevó la causa a juicio
Este 3 de julio de 2025, el juez de Garantías N°6, Carlos Agüero, resolvió elevar a juicio oral la causa contra Rossetti, rechazando el intento de la defensa de que se considere un hecho culposo o accidental. El magistrado fue claro: hubo intención de matar.
La calificación legal es contundente: tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por ser miembro de una fuerza de seguridad pública.
“Rossetti apuntó a una zona vital, disparó a corta distancia, y se retiró sin asistir a la víctima, violando todos los protocolos”, afirmó Agüero en su resolución.
“Quiso imponer orden a su manera”
Según testigos y otros policías, Rossetti no pidió apoyo ni órdenes. Actuó por cuenta propia, gritó, insultó, y apretó el gatillo. El juez remarcó que el agente ingresó con su escopeta cargada al patio de la casa de la víctima, y disparó por no recibir obediencia.
“Eligió disparar su arma larga contra el cuerpo de una mujer para imponer el orden en el vecindario, con métodos propios, contrarios a toda reglamentación y al Código Penal”, escribió el juez.
El juicio oral será una oportunidad para que la familia de Ruth encuentre algo de justicia. Mientras tanto, el barrio San Rudecindo sigue marcado por esa tarde de fuego, miedo e impunidad.