Los vecinos del barrio La Sirena en Florencio Varela ya habían encendido las alarmas, pero el polémico jefe de la policía, Edgardo Perdiguero, se caracteriza por no escuchar reclamos. O al menos hacer oídos sordos. Hace tiempo que los habitantes de la populosa barriada vienen denunciando un vivienda como presunto centro de apuestas clandestinas y marcaron que suelen existir hechos de violencia.
Y este fin de semana rompió todos los récord. En medio de la noche, la Calle 20 A de Florencio Varela se convirtió en el escenario de un preocupante incidente que refleja la creciente tensión en la comunidad. Un mensaje desgarrador de un lector a Infosur revela la impotencia y el temor que sienten muchos residentes ante la falta de respuesta de las autoridades policiales.
Según el relato, aproximadamente a las 23 horas de este domingo, un altercado entre vecinos escaló rápidamente cuando el yerno de un residente descargó seis disparos hacia otros vecinos en un punto donde suelen reunirse para jugar al truco de manera clandestina. La situación se volvió aún más alarmante cuando el agresor se refugió en la casa de sus suegros, desatando la furia de la multitud de jugadores que intentaban hacer justicia por mano propia, llegando incluso a apedrear la vivienda.
Apuestas clandestinas y violencia
Afortunadamente, los hijos del matrimonio, ambos adultos mayores, tomaron una valiente decisión al entregar al agresor a las autoridades policiales, evitando así una tragedia mayor. Sin embargo, este incidente deja al descubierto la profunda frustración y el miedo que sienten los vecinos de Florencio Varela ante la falta de acción por parte de las autoridades.
El mensaje del lector denuncia la falta de voluntad, empatía y solidaridad por parte del Jefe de Estación de Florencio Varela y el Titular de la Comisaría Segunda de Varela. La comunidad clama por una mayor presencia policial y medidas efectivas para prevenir futuros episodios de violencia.
Este incidente, que pudo haber terminado en tragedia, es un llamado de atención para las autoridades locales. La seguridad de los ciudadanos no puede seguir siendo ignorada. Es hora de que se escuchen y atiendan los reclamos de la comunidad antes de que sea demasiado tarde.
