Ocurrió a plena luz del día y frente a los ojos de vecinos y comerciantes. Una yegua desplomada en el asfalto, atada a un carro, era brutalmente golpeada por un grupo de menores que intentaban que se pusiera de pie. La escena, cargada de violencia y desesperación, se desarrolló en una calle del barrio Kilómetro 26 de Florencio Varela y generó una inmediata reacción vecinal.
Cuando el animal logró levantarse, los menores la ataron nuevamente al carro e intentaron continuar la marcha, como si nada. Pero esta vez la historia no terminó en la resignación: intervinieron un grupo de proteccionistas de animales, convocaron a la abogada Marcela Loyola, lo que motivó la intervención de múltiples fuerzas de seguridad.
Minutos después arribaron al lugar efectivos del Comando de Patrullas, personal de la Comisaría Segunda, agentes de la Guardia Comunal y efectivos de la Policía Rural, quienes constataron el estado del equino y procedieron a interrumpir el traslado del animal.
La yegua fue rescatada y trasladada a un lugar seguro, bajo la protección de una organización especializada en el cuidado y recuperación de caballos víctimas de maltrato. Por seguridad y prevención de represalias, no se informa públicamente su ubicación.
En el lugar se labraron actuaciones por infracción a la Ley 14.346 de Maltrato y Crueldad Animal, conocida como Ley Benítez. La causa quedó a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N°4 de Florencio Varela, desde donde se iniciaron las diligencias judiciales correspondientes.
La escena dejó una vez más al descubierto una problemática tan cruda como invisibilizada: el uso de animales en condiciones extremas para la tracción a sangre, muchas veces en manos de menores, sin controles ni asistencia.
Florencio Varela no es ajena a este drama. A pesar de las ordenanzas locales que prohíben el uso de equinos para tirar carros y el trabajo coordinado con organizaciones de protección animal, los casos de crueldad siguen repitiéndose en distintos barrios del distrito.
“Llegamos gracias al aviso de los vecinos. Fue clave que se involucraran”, expresó uno de los agentes que participó del operativo.
La yegua, visiblemente agotada y con marcas de golpes, recibe atención veterinaria y cuidado permanente. Desde el refugio aseguran que su recuperación será larga, pero confían en que podrá reponerse.
Mientras tanto, la comunidad varelense vuelve a preguntarse: ¿cuántos animales más deben sufrir hasta que se respete la ley?
