Dormía con el enemigo: perpetua para la ex mujer del veterano de guerra por el brutal crimen

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Héctor Jesús Barraza (52) identificó y combatió al enemigo en la guerra de Malvinas cuando tenía 18 años. No lo supo ver después y durmió con ella durante un largo tiempo, hasta que lo asesinó.
El Tribunal Oral Criminal (TOC) 2 de Quilmes dio a conocer su veredicto en el juicio que se le siguió a una mujer, a su actual pareja y a otro joven por el crimen del ex esposo de la primera, un ex combatiente de Malvinas que fue golpeado y prendido fuego vivo en el partido bonaerense de Florencio Varela.
La lectura del veredicto tuvo lugar en los tribunales de Hipólito Yrigoyen 475, de Quilmes, donde los jueces Pablo Pereyra, Ariel González Elicabe y Félix Roumieu recibieron condenar a cadena perpetua por el homicidio agravado con el concurso premeditado de dos o más personas en carácter de coautores a Estela del Valle Figueroa (46); su pareja, Javier Ponce Luque (28), en tanto que Néstor «Sal Fina» Jara (26) recibió una pena de 10 años ser cómplice del homicidio.
La principal hipótesis del crimen es que la ex pareja de Barraza quería quedarse con dinero de su pensión de ex combatiente.
El cuerpo de Barraza fue hallado el 19 de enero de 2014 dentro del baúl de un auto Renault Sandero incinerado, en un predio sembrado de soja ubicado en 517 y La Trilla, en la localidad de Ingeniero Allan, en Florencio Varela, en el sur del conurbano bonaerense.
La autopsia reveló que Barraza tenía un fuerte golpe en el cráneo efectuado con un objeto contundente y signos de haber respirado humo negro, por lo que para los peritos se desvaneció cuando lo encerraron en el baúl que prendieron fuego y allí murió asfixiado.
Las primeras averiguaciones de los pesquisas se orientaron hacia la ex esposa del ex combatiente, Del Valle Figueroa, de quien estaba separado hacía seis años, aunque se frecuentaban y aparentemente mantenían una buena relación.
Como la pareja no tuvo hijos, la mujer era la única heredera ya que nunca habían gestionado el divorcio, en tanto las peleas comenzaron cuando ella descubrió que él había cobrado 100.000 pesos de su pensión como ex combatiente y le reclamaba una parte.
Las autoridades decidieron intervenir las líneas telefónicas de los acusados a raíz de la ansiedad que la ex esposa demostró por obtener el dinero y un robo a la casa de Manuel, el hermano de Héctor, en el que finalmente se llevaron el dinero que le había dejado la víctima en custodia.
Tras obtener el dato de que Barraza había sido visto el día anterior con la actual pareja de Figueroa, el imputado Ponce Luque, las pesquisas se profundizaron respecto de la pareja acusada.
Finalmente, tras ocho meses de escuchas, la Policía reunió pruebas suficientes que para el fiscal demostrara que Figueroa, Ponce Luque y «Sal Fina» Jara planificaron y ejecutaron el homicidio.
Según informaron las fuentes, los investigadores dieron por acreditado que el día del hecho Figueroa y Ponce Luque engañaron a Barraza y lo convencieron de ir hacia el campo de Ingeniero Allan donde Jara trabajaba como casero.
Allí lo hicieron beber gran cantidad de bebidas alcohólicas y, una vez que estuvo ebrio, lo golpearon hasta desmayarlo, lo metieron en el baúl de su propio auto y lo prendieron fuego.
Con todos los elementos recolectados en su contra, la Justicia libró la orden de detener a los presuntos involucrados y de allanar sus domicilios, lo cual se concretó a fines de agosto de 2014.
Además de los arrestos, fueron secuestradas una escopeta con cartuchos de distintos calibres y una maceta rota con manchas de sangre, que fueron peritadas para determinar si correspondían con el ADN de Barraza.
Los detectives establecieron que el móvil del crimen fue la intención de apoderarse de esa suma de dinero que el veterano de guerra ahorró a lo largo de los años con la pensión que recibía como ex combatiente de Malvinas.
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