Carta de lectores: el calvario de la exdirectora de un hogar de niños de Varela que no pudo adoptar y se siente defraudada

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Por Lorena Moreno*
En octubre del año 2015, comencé a trabajar como directora del Hogar Arcoiris de la Fundación Padre Miguel Rimack (cura párroco de la Iglesia Medalla Milagrosa ubicada en A. Senzabello Nº 860 Florencio Varela) ubicado en la calle Avenida Hipólito Irigoyen Nº 280 esquina Cerro Aconcagua de la localidad de Florencio Varela.

En abril del año 2016, debido a la imposibilidad de ser madre biológica, y por lo vivenciado dentro del hogar, siendo responsable de la institución, junto a mi marido Sebastián decidimos inscribirnos en el registro de adoptantes y lo hicimos en el juzgado de Familia Nº1 a cargo del Dr. Germán Meizsner.

En julio del mismo año, ingresó a la institución un niño con 20 días de vida, quien fue abandonado en una bolsa en un terreno baldío en la localidad de Temperley, intervino el servicio zonal de Almirante Brown tomando la medida de abrigo ley 13.298, fue ingresado como NN o Julián, así lo nombraron los médicos del Htal Oñativia. Intervino en la medida de abrigo el Juzgado de Familia Nº 3 de Banfield a cargo en ese momento la Dra. Romero.

En ese mismo mes, una semana después de haber ingresado, Julián tuvo problemas de salud y fue internado en el Htal Mi Pueblo de Florencio Varela durante 24 días. Personalmente, fue mi primera experiencia como responsable de la institución con un niño internado, de manera que decidí ocuparme de Julián y lo cuidé los 24 días, al estar en neonatología no era necesario quedarse las 24 hs, entonces iba por la mañana antes de entrar al hogar, al mediodía a ver el parte médico, a la tarde después de salir del Hogar y a la noche me quedaba algunas horas.-

Cuando le dieron el alta, volvimos al hogar y claramente mi relación con Julián era diferente que con el resto de los niños y niñas, ya que reconocía mi voz, me buscaba cada vez que estaba cerca de él. Esta situación fue percibida por el Padre Miguel cada vez que nos visitaba en el Hogar.

En diciembre del 2017, el Padre Miguel me comenta, que tiene un amigo de mucha confianza, quien es Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Pcia. L.G con quien podría hablar para que pudiera ayudarme a adoptar a Julián, teniendo en cuenta que yo estaba inscripta en el registro de adoptantes.

En el mes de mayo del 2018, se comunicó al Hogar el, secretario del juzgado de familia Nº 3 de Banfield, A. Ch. y me contacta con el Juez subrogante, G.P le comento la situación y me da una cita, nos reunimos en su despacho, le comentamos Sebastián y yo el deseo de adoptar a Julián , el Juez nos comenta que hacer poco tomo el cargo, y que, necesita un tiempo para evaluar la manera de ayudarnos, y que sí el vínculo afectivo ya existía, haría todo lo posible.-

Pasaron algunos meses, la adoptabilidad de Julián no estaba firme debido a cuestiones burocráticas propias de los juzgados. A fines del mismo año, se comunicó el Padre Miguel con el secretario del juzgado, quien muy amablemente me dio su número de celular, y me pide que me acerque al juzgado, fuimos con Sebastián, y nos comentó que, presentándonos con un abogado/a podíamos realizar el trámite de adopción, nosotros le pedimos algún permiso para poder salir a pasear con Tuli, nos dijo que no era posible, pero que debido a que ya existía un lazo afectivo, podríamos reforzarlo.-

Días más tarde, por mensaje de whatssap le comentó que tenía una abogada, por lo que me pide que me acerque con ella para que le explicara cómo proceder. Nos acercamos con la Dra. K.S y le dio indicaciones, a la vez nos aconseja que hablemos con el asesor de menores, en ese mismo momento, nos acercamos a la Asesoría Nº 1 ubicada en los Tribunales de Lomas de Zamora, y le comentamos la situación al asesor que entendía el expediente.

La Dra. K.S, evidentemente no supo proceder, yo confiaba en ella, hizo una presentación incorrecta, errada, y lamentablemente, no fui informada de este error.

Luego de la Feria Judicial del mes de enero del 2019, contacté a otro abogado, DR. Merlo Leandro, quien tomó el caso, pero a partir de este momento, me fue negado el expediente, diciéndome que estaba en la asesoría o a despacho, de manera que, no podía ver el expediente.
La Dra. K.S se desentendió del caso, nunca más pude ubicarla, el secretario del juez, se negó a recibirme. Luego me enteré que habían seleccionado un matrimonio para quien en ese momento y hasta el día de hoy ya tenía una FAMILIA.-

El día 22 de marzo del 2019, nos acercamos con Sebastián al juzgado, pidiendo que nos reciba el Secretario del juzgado, quien se negó, pero esta vez dijimos que no nos íbamos hasta que nos recibiera. Nos recibió, le recordé todo lo hablado durante los meses anteriores, le conté que Tuli ya tiene una familia, que iba al jardín, que él sabía de nuestro vínculo, que él nos dijo que podíamos hacer la adopción, me respondió que yo no podía vincularme con el niño, y que lo que «hice» estaba mal, mi respuesta final fue que lucharía con todas las herramientas posibles, ya que él y el juez fueron quienes nos alentaron y aconsejaron como realizar la adopción.-

El día lunes 25 de marzo, se comunicó conmigo la coordinadora del servicio zonal de Almirante Brown, me comentó que el Juez quería hablar con ella, entendí por mi experiencia que, el Dr. tiene que de alguna manera tomar cartas en el asunto, y era necesario separarme de Tuli. Intuyendo que pediría el traslado de mi hijo, quien estaba en la institución desde sus 20 días de vida, y en ese momento tenía 2 años y 8 meses, me parecía que el daño era terrible, separarlo de su centro de vida, de sus afectos, no solo por mí, sino de sus cuidadoras y sus compañeros de Hogar. No quería que mi niño pasara por toda esta situación traumática, es por eso que ofrecí mi renuncia, quedamos con la tesorera de la Fundación que, renunciaría hasta resolver esta situación, situación que me gustaría subrayar no la busqué sola, sino que fuimos asesorados por personal del juzgado inclusive por un ministro de la suprema corte de justicia y un cura.

El juez junto con la coordinadora del servicio zonal, acordaron en aceptar la renuncia y no trasladar a Tuli, y pidió la coordinadora del servicio zonal que envíe una copia de mi renuncia.-

El día 26 de marzo, me acerqué a hablar con el Padre Miguel, y me pidió que no me acerque más al Hogar, y que no viera más a mi hijo. Le pidieron al personal de la institución que no mantenga comunicación conmigo.

El día 29 de marzo, trasladaron a mi hijo al Hogar el Alba de Longchamps, sin tener en cuenta el enorme daño que le provocaban, el argumento fue el vínculo que tenía Tuli conmigo, y además, el personal de la institución tenía conocimiento de nuestro lazo afectivo, y era contraproducente, ya que el matrimonio seleccionado por el juzgado debía comenzar la vinculación.

En abril, mi abogado Leandro Merlo, presentó un petitorio, pidiendo recursos de amparo, mencionado el daño psicológico al que fue expuesto, por haberlo sacado de su centro de vida, el iba al jardín, TENIA SU FAMILIA, todo fue rechazado y negado ( tienen a su disposición el petitorio) argumentando que mi renuncia era necesaria por el vínculo afectivo que existía entre nosotros, el traslado fue necesario por el vínculo que existía y era naturalizado por el personal de la institución, y además un informe enviado por el equipo técnico del Hogar confirmó nuestro vínculo afectivo.

Nos negaron avanzar con la adopción, porque según la coordinadora del Servicio Zonal de Almirante Brown, no existía evidencia de lazo afectivo…

Semanas más tarde, mi abogado presenta la demanda de adopción, fue negada, (tienen a su disposición la demanda) pidió que se tuviera en cuenta testigos, cuyos datos están presentados en la demanda, pericias psicológicas socio ambiental y abogado/a del niño, este último recurso fue aceptado, la abogada Dra. D.J, tuvo contacto con Tuli y el matrimonio, y no le pareció necesario conocer el pasado de Tuli con nosotros, es importante destacar que Tuli no tenía desarrollado el lenguaje, de manera que no podía responder si es que quisieron saber de su vida.-

Actualmente el expediente se encuentra en la cámara de apelaciones, ya que decidieron cerrar la demanda in limine, nuestro abogado presentó la apelación y estamos a la espera de la resolución de la cámara.

En el mes de febrero del corriente año, nos notifican mediante una cédula judicial que el juzgado Nº1 de Florencio Varela tomó la decisión de darnos de baja del registro de adoptantes sin posibilidad de reinscripción.-

Para finalizar me gustaría poder hacer algunas aclaraciones que considero pertinentes, ya que usted se habrá hecho varias preguntas leyendo mi relato.-

En primer lugar quisiera dejar en claro que conozco la ley de adopción, y entiendo que nuestro proceder esta fuera de lo que la misma determina, pero, el secretario del juzgado A Ch nos aconsejó una manera viable y legal es por eso que avanzamos. Además de tener conocimientos de casos jurisprudenciales existentes.

Más allá de las cuestiones legales que entiendo y respeto absolutamente, no niego que tal vez, no nos hubiéramos dejado llevar por el consejo del secretario del juzgado, es verdad, no es legal, pero le repito, en el momento en que me pidió que me presentara con un abogado, entendí que le daría un marco legal posible.

A nuestro pequeño Tuli le vulneraron sus derechos, el derecho a permanecer con la familia, nos elegimos mutuamente, ninguno de los actores intervinientes pensaron en el momento en que fue separado de su centro de vida, en el interés superior del niño. Después de haberlo separado de su familia, es donde comienzan a mencionar dicho artículo, nunca antes, ahora, dicen que separarlo de la familia que fue seleccionada legalmente (nadie pone en tela de juicio la selección del matrimonio, ese es el argumento que ellos presentan en cada respuesta a la demanda). Lo que planteamos en el petitorio inicial y el la demanda de adopción es que Tuli, ya tenía una familia, que nos evaluaran que nos tuvieran en cuanta, cosa que nunca hicieron, apartándolo de su lugar de sus afectos.-

Por último el objetivo de esta carta es contar nuestra historia, como la vivimos y como aún la sufrimos, ya que me han quitado el derecho a la defensa, he conocido a mucha gente durante los años de trabajo en el Hogar Arcoiris, voluntarios, mamás papás adoptivos, maestras, personal de salud del Hospital Mi Pueblo, del Hospital El Cruce, Centros de Salud de diferentes barrios, comercios, clubes, centros de jubilados, Universidades, miembros de Iglesias Cristianas, Supermercados, Cetro terapéuticos ONGs personal municipal, en fin, mucha gente que de un día para el otro no me vio más, y a quienes preguntaban les respondían que de un día para el otro decidí irme y no saben porque, nada más alejado de la verdad, y a quienes les contaban el motivo se preguntaban porque no estoy presa, este relato es mi verdad, me fui para proteger a mi hijo, y con la promesa de que volvería, no estoy presa porque no cometí ningún delito.

Desde aquel día, nunca más hablé con nadie de la Fundación, desde aquel día comprendí que la misericordia sólo viene de Dios, y es en quien debo confiar y en quien confío, los Hombres son sólo Hombres.
*Ex directora del Hogar Arco Iris de Florencio Varela

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