Julián Vidal, Mariano Guastavino y Matías Altamiranda son tres jóvenes graduados de la carrera Ingeniería en Informática de la UNAJ que luego de su paso por la universidad transitan una promisoria carrera profesional, que pone en agenda la importancia de una formación pública, inclusiva y de calidad académica.
Julián Vidal se decidió por la UNAJ cuando desde la universidad se acercaron a su escuela a ofrecer una charla informativa y supo que allí se dictaba la carrera que le interesaba. Al finalizar la cursada cuenta que le “fue fácil conseguir trabajo” y que luego de dos entrevistas “a la semana estaba trabajando”.
Hoy trabaja en el área de programación en una importante PyME que tiene como clientes al Banco Nación. “Es un trabajo que me resulta muy interesante porque estoy aprendiendo mucho sobre cómo se maneja el tema bancario”, sostiene el ingeniero.
Mariano Guastavino, también ingeniero en Informática de la UNAJ, comenzó su actividad profesional como pasante para la misma empresa para la que hoy se desempeña como encargado de un sistema de gestión en el Hospital de Alta Complejidad El Cruce: “Así empecé y los conocimientos que obtuve de ahí es lo que me permitió después seguir trabajando en el hospital. Estoy conforme con mi desarrollo profesional”.
Guastavino pondera la calidad académica de la UNAJ y su política de inclusión: “Si tuviera que recomendar la universidad les diría a los nuevos estudiantes que no se asusten por ser una universidad nueva porque son los mismos docentes que están en las otras universidades. Creo que es una universidad muy inclusiva, te ayuda a que no abandones. El nivel es bueno”.
Otro exponente de esta carrera es Matías Altamiranda, quien comenzó a cursar a los 21 años y hoy trabaja para una empresa multinacional que tiene una sede en Argentina, que a partir de un proyecto, hoy tiene la oportunidad de trabajar en Alemania. “Mi trabajo es muy específico, es investigación del fraude desde el área de tecnología. Entonces, si bien no tuvimos una materia específica sobre este tema, ciertas bases me ayudaron a adaptarme a los requerimientos del trabajo”.
Matías Altamiranda evalúa además la importancia de la formación académica. “Sin formación es difícil ingresar a un trabajo como en el que estoy. Estas empresas se fijan mucho que tengas formación académica”. Y remarca que su experiencia por la UNAJ “fue muy buena, siento que aprendí mucho”.
UNAJ en el sistema universitario
Muchos estudiantes eligen la carrera universitaria por la reputación de la institución. Para las universidades relativamente jóvenes, como es el caso de la UNAJ, este camino está siendo recorrido.
Sobre este punto los tres jóvenes ingenieros manifestaron sentirse en igualdad de condiciones en relación a sus colegas y preparados para el mercado laboral. “Tengo amigos o compañeros de trabajo que estudiaron en otras facultades y los contenidos son los mismos. Es más en el caso de algunos programas, los que vemos en la UNAJ están más actualizados. Vimos mucha gestión, que aunque no es lo que más me gusta, es muy útil”, asegura Altamiranda.
En tanto, Julián Vidal cuenta que el ser graduado de la UNAJ fue un tema que se planteó en la entrevista de trabajo en el lugar donde actualmente trabaja. “Le expliqué que nosotros tenemos los mismos docentes que las otras universidades, de la UNLP por ejemplo. Las currículas son las mismas, muchas veces los docentes dan las mismas clases que dan en otras universidades y que vamos a la par. Por eso hoy me siento preparadísimo para el mercado laboral, incluso como hace solo tres meses que me gradué no tenían tantas esperanzas conmigo y la verdad que no encontré tareas en las que me trabe”.
Por último, Guastavino sostiene “El nivel es bueno. Quizás nos faltó un poco de práctica porque cuando egresamos no se había llegado a terminar los laboratorios. Pero en el desarrollo profesional en mi trabajo estoy a la par de mis compañeros que vienen de otras universidades”.
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