Hay más dudas que certezas en el robo de película al supermercado chino de Florencio Varela protagonizado por supuestos agentes de la Policía Federal y de Migraciones, que quedó filmado en detalle y circuló por todos los canales de televisión porteños.
Hasta donde se sabe y se pudo ver, eran cinco. Estaban «disfrazados» de policías federales y agente de Migraciones, con ropa de la fuerza, placas colgando del cuello y handies. Se movían como expertos en un allanamiento. Pero no traían una orden judicial, sino que pedían dinero. Se llevaron unos 300 mil pesos que encontraron en el fondo del comercio de Market Plaza, una cadena de comercios chinos que regó a Florencio Varela y Quilmes. Los varelenses todavía recuerdan el papelón policial cuando hace un par de años esa empresa le donó computadoras para las comisarías. No podían hacerlo por un cuestión de normativa, parecía más bien una «coima» encubierta y tuvieron que devolver las máquinas una por una. También se llevaron de este robo joyas, electrodomésticos y varios fiambres entre ellos el jamón Calchaquí. Cargaron todo en una Partner gris y se alejaron sin que nadie más los vea.
Este supermercado está ubicado en jurisdicción de la comisaría primera de Florencio Varela, en la calle Mitre al 600, que, se sabe, fue alertado por un llamado al 911.
También se sabe que este no es el primer ataque a un supermercado de esa cadena china, pero en ningún otro simularon un allanamiento. Entraron, robaron, a veces incluso mataron (un guardia de seguridad cayó como víctima) y se fueron.
Pero las dudas también comienzan a transitar por el expediente que lleva adelante el fiscal Darío Provisionato de Florencio Varela. En las fojas se pueden ver los datos de una mujer china de 37 años, comerciante, con un domicilio en Almagro y un alta en la AFIP en el rubro de supermercados como la principal damnificada, que recién deberá presentarse la semana que viene para ratificar la denuncia.
Otro dato que manejan en la fiscalía es la audacia de los supuestos ladrones. En la jerga de la comunidad siempre se dio por sentado de que con esa empresa «no se jode».
Los ladrones, según declaraciones televisivas de una empleada, aparentemente sabían lo que buscaban, fueron directamente hacia una sala en el fondo donde, sospechaban, estaba el dinero. Y ahí estaba.
La empleada que recibió a los delincuentes aseguró en América Noticias que la banda tenía hasta información de empleados con libretas sanitarias, datos sensibles que no se encuentran precisamente por Internet, que solo podrían venir de fuentes municipales o de un ministerio. Migraciones, por otra parte, ya había realizado inspecciones legales en la zona, según confirmó la fiscalía del caso.
Sin embargo, los delincuentes atacaron al borde del horario de cierre, un horario inusual para un allanamiento o inspección, que ocurren a primera hora del día para evitar confrontaciones. También, se robaron algo que un delincuente de carrera no roba: un celular, un gesto de ratero descuidado.
Luces y sombras de un robo de película sobre una cadena de supermercados chinos bastante polémica y que pertenece a una acaudalada familia.
