En medio de una jornada de protesta de jubilados frente al Congreso Nacional, la represión policial alcanzó a Roberto Coppa, vecino de Florencio Varela, quien fue detenido mientras registraba con su celular el accionar de la Policía Federal.
El momento de la detención de Coppa, quien no participaba activamente en la protesta sino que solo documentaba lo ocurrido, fue grabado en video. Este material se convirtió en prueba clave para comprobar la arbitrariedad de la detención, una evidencia que, según su propio testimonio, fue compartida en una entrevista con El Aire de Aquí de Radio UNAJ.
«Estaba solo grabando lo que pasaba, no hice nada más», relató Coppa, mientras el video muestra claramente cómo fue reducido por los efectivos policiales sin motivo aparente. Su arresto, lejos de ser un hecho aislado, pone en evidencia un patrón de represalias contra quienes intentan documentar y visibilizar la violencia policial.
Tras su arresto, Coppa fue trasladado al Centro de Monitoreo de 9 de Julio y luego a la Comisaría 4ta de la Policía de la Ciudad, ubicada en Zabaleta 425, en el barrio de Parque Patricios. Sin embargo, la presión de organismos de derechos humanos y organizaciones sociales logró que fuera liberado horas después.
Este caso se suma a una serie de denuncias sobre el endurecimiento de las políticas represivas del gobierno de Javier Milei y Patricia Bullrich, que, con el respaldo de algunos medios porteños, han emprendido una embestida contra la jueza que ordenó la liberación de los detenidos en estas circunstancias. La detención de Coppa se inscribe en un contexto de creciente criminalización de la protesta social y del trabajo periodístico, evidenciado por la persecución de quienes documentan los operativos policiales.
El video y las declaraciones de Coppa, lejos de ser meros testimonios, son materiales cruciales para visibilizar las detenciones arbitrarias y exponer la escalada autoritaria en el tratamiento de las manifestaciones. En un país donde la libertad de expresión se ve amenazada, la represión y el silencio buscan desarticular los derechos civiles fundamentales.
«Registrar una protesta no es un delito. La policía no puede detener a quien solo está documentando lo que sucede», advirtieron desde asociaciones de prensa, que hoy luchan por proteger el derecho de los ciudadanos a informar sin temor a represalias.
El testimonio de Roberto Coppa y el video que aportó serán piezas clave en la denuncia de las detenciones arbitrarias y el uso desmedido de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad, en un contexto donde las protestas sociales parecen estar bajo constante amenaza.