Con el paso del tiempo, las cosas pueden cambiar. Nosotros crecemos y nuestro entorno también. Esto implica que, a veces debamos dejar atrás algo de nuestra juventud para acceder a objetos propios de la madurez.
Cambiar un cupé por un auto de cuatro puertas, por ejemplo, es algo que duele al joven que supimos ser, pero muestra que ahora tenemos algo mejor: una familia. A medida que esta crece, es probable que comencemos a prestar más atención a la seguridad de nuestro vehículo.
Por eso mismo, creemos que es importante repasar algunos puntos claves para la seguridad vial de nuestra familia.
1. Documentación legal al día
Uno de los aspectos más importantes para emprender cualquier trayecto es contar con toda la documentación al día. Entre los papeles que podemos necesitar, se encuentran la documentación de titularidad del automotor, la licencia de conducir y la póliza actualizada del seguro del automóvil, entre otros.
Es muy importante contar con estos documentos para validar la titularidad y legitimar nuestra propiedad. A la vez, resulta clave llevar las obleas que habilitan la carga de ciertos combustibles y las de circulación tras la inspección técnica.
Al momento de cotizar el mejor seguro para nuestro auto, debemos considerar planes adecuados para un vehículo familiar. Con esto, podremos viajar con la confianza de que tanto nosotros como nuestra familia estarán totalmente protegidos.
2. Controlar el mecanismo de seguridad
Si viajamos con niños, es importante transmitirles la importancia de seguir ciertas normas de seguridad. Estas son las relacionadas con el uso de cinturones, el correcto uso de las ventanillas y los seguros de puertas.
Aparte de eso, si contamos con un vehículo moderno, podemos aprovechar los sensores externos. Estos nos avisan de la presencia de alguien alrededor del vehículo, que puede ser un niño o un animal, y con eso, evitaremos algún accidente.
Recordemos que siempre deben viajar tantos ocupantes como cinturones dispone el vehículo y evitar que menores viajen en el asiento del copiloto.
3. Llevar un kit de seguridad
Además de la seguridad de los ocupantes, también los vehículos deben estar equipados con un kit de seguridad universal. Este se integra con un matafuego, balizas, un chaleco reflectivo y un botiquín de primeros auxilios.
El matafuegos debe estar en un lugar accesible en el interior del rodado, para poder ser utilizado en el momento necesario sin suponer un riesgo para los ocupantes. El botiquín de primeros auxilios lo debemos llevar siempre con nosotros para poder dar asistencia.
4. Acondicionar los asientos
La bioseguridad nos indica que cuando hay menores de diez años en un rodado deben viajar en asientos especiales para ellos. Varían los tamaños según la edad y el peso de cada infante, pero la obligatoriedad también varía según cada legislación.
Estas sillas son móviles, por lo que pueden extraerse y colocarse en los asientos traseros de cualquier vehículo y vienen con sus propios cinturones. En el caso de tratarse de bebés, se recomienda que viajen de espaldas por la inercia del vehículo.
