Un nuevo hecho de violencia institucional estremece al conurbano bonaerense. En la tarde del jueves, la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) de la Policía Bonaerense fue acusada de protagonizar un operativo violento contra vecinos y vecinas en la puerta del comedor “Es la hora de ser feliz”, del Polo Obrero, ubicado en el barrio La IAPI, en el partido de Quilmes.
El saldo fue alarmante: varios vecinos resultaron golpeados y un niño, hijo de una militante social y nieto de una delegada del Polo Obrero, recibió un disparo con munición de goma en el rostro. El pequeño debió ser hospitalizado. Su estado de salud no es grave, pero se encuentra bajo observación médica por una lesión ocular.
“El operativo fue completamente desproporcionado. Como los que vemos todos los miércoles en el Congreso contra los jubilados. Vinieron armados hasta los dientes, maltrataron a los vecinos sin ningún motivo y dispararon contra la gente. A un nene le dieron en la cara”, relataron desde el comedor popular en un comunicado que acercaron a Infosur.
Un barrio que resiste entre la organización y el abandono
El barrio La IAPI es una de las zonas más postergadas del partido de Quilmes. Allí, los comedores populares son sostén frente al hambre y la desocupación. Según los testimonios recogidos, el operativo policial no tuvo ninguna justificación visible, ni orden judicial ni presencia de delito flagrante.
“El chico estaba en la puerta de su casa, donde funciona el merendero, y fue alcanzado por una perdigonada en medio de la represión”, denunciaron. “Nunca vienen cuando hay robos ni cuando los narcos copan los barrios. Solo aparecen para apretar a los pobres que luchan”.
El hecho generó fuerte repudio en redes sociales y entre organizaciones sociales del conurbano. Mientras tanto, desde el comedor “Es la hora de ser feliz” y el Polo Obrero exigen respuestas concretas: separación de los policías implicados, justicia para el niño herido y el fin de la represión a la pobreza.
