«Por esa diagonal, dos cuadras», dice el hombre y señala la calle que entra por el costado de una histórica parada de colectivos sobre la Ruta 53. En el barrio Paraná todos conocen el cruce de las calles 1323 y 1316. La aprendieron a fuerza de llamar al 911 para alertar lo que hace un tiempo empezó a suceder y no gusta: la venta de droga en un enorme descampado que poco tiempo atrás intentó ser «okupado».
Los pastos altos, unos postes que imaginan una cancha de fútbol. Allí, hace unas horas, en la madrugada del sábado un policía, el subteniente Arnaldo Andrés López fue herido de dos balazos en el pecho durante un tiroteo. Aunque, al principio se sospecho de un hecho de robo, el propio vecindario alertó a Infosur sobre el verdadero motivo. Un enfrentamiento armado con una bandita que tiene a los saltos a la humilde barriada y que es conocida como «Los Peruanos».
Es como un rito que se repite en forma tan habitual como una celebración religiosa. Arranca a las seis de la tarde y suele terminar bien entrada la noche. Una copiosa cantidad de jóvenes y no tanto forman extensas filas sobre la calle 1323, unos 50 metros adelante del campo y cuando es su turno ingresan en un laberíntico sendero de pastos altos hasta otro grupo que los espera. Según los vecinos allí se compra y vende droga.
La fila se puede observar nítidamente desde la Ruta 53 en ese campo que divide al barrio Paraná de San Francisco. No pasa inadvertida y cualquiera que suela circular por la zona se da cuenta que algo pasa. Menos quienes tienen que hacer algo.
«Por que no vienen a darse una vuelta en donde fue «la toma de tierras» vengan ahora así ven a los tranzas como están vendiendo. Justo ayer cuando vino la policía estaban en plena venta y la policía no hace nada. 1323 y 1316, 50 metros más sobre 1323 costeando el campo», fue el mensaje preciso para dar cuenta de lo que ocurre en forma habitual en el barrio Paraná.
«Hola, te hablo por el tiroteo que hubo en barrio Paraná. Por la calle 1323 venden droga y ellos se tirotearon con la Policía», fue otro de los varios mensajes dejados a Infosur.
Un barrio que no quiere que la droga se les quede adentro para que se lleve adelante el negocio de la muerte.