Se trata de una problemática que año tras año en épocas cercanas a las primeras heladas invernales suele desvelar a muchos productores del país que no encuentran respuestas sólidas sobre cómo combatir con eficiencia a las malezas resistentes.
En las últimas horas, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) estableció la alerta amarilla para un biotipo específico de Conynza sumatrensis con afectación en la zona norte de Buenos Aires. El comunicado del ente nacional también detalla que a las mencionadas resistencias a herbicidas como glifosato e inhibidores de ALS, también existe la posibilidad de sumarse los hormonales 2,4D y Dicamba, al igual que el inhibidor PPO saflufenacil.
La nueva resistencia se suma a la reconocida Rama negra que afecta al país a lo largo y ancho de las zonas agrarias, sin distinción de climas ni maniobras preventivas. Por este motivo no es casualidad que la venta de repuestos desmalezadoras siga manteniéndose a tope de compras, pese a la situación de crisis y freno de las exportaciones producto de la pandemia de COVID-19.
Son las desmalezadoras los implementos tecnológicos indicados para la lucha contra las malezas resistentes al igual que los nuevos herbicidas en sus formulaciones exclusivas y con renovada potencia. La resistencia al glifosato fue confirmada hace aproximadamente cinco años y está completamente distribuida en el país, mientras que la resistencia a inhibidores ALS es prácticamente una novedad porque se descubrió en 2019 en el sur de Santa Fe. La realidad es que se mantiene en franca expansión y empiezan a crecer las sospechas de que ya se haya instalado con fuerza en el sudeste de Santiago del Estero, Buenos Aires, Entre Ríos y al sur de Córdoba, zonas que de confirmarse afectarían el rinde de las cosechas y un aumento en la demanda de repuestos para maquinaria agrícola.
La resistencia a los inhibidores de ALS se confirmó el año pasado gracias a un arduo trabajo a cargo de investigadores de la Universidad Nacional de Rosario que se abocaron al trabajo sobre 3 familias de herbicidas con la maleza en estado de roseta. A este trabajo de 2019 se le complementa el que están realizando los consultores del CONICET Y FCA UNL con el objetivo de analizar un biotipo ubicado exclusivamente en el norte de Buenos Aires. Lo novedoso de esta resistencia es que se da en un estadio de preemergencia, especialmente en cultivos de trigo, cebada y soja.
El trabajo en el territorio todavía se mantiene y ante los escapes del brote observados en los campos, comenzó a trabajarse con herbicidas post-emergentes de uso en Rama Negra como Glifosato, Dicamba y PPO Saflufenacil. La evaluación de los resultados arrojó que las dosis necesarias para controlar el 80% de la biomasa se encontró por encima de la dosis de uso recomendable.
La buena noticia es que todavía existe un buen control de las resistencias com Flumioxazin y Terbutilazina como herbicidas preemergentes en trigo, y Atrazina en Maíz. Sin embargo, existe un riesgo considerable de que la pérdida de los principios activos reduzca las alternativas químicas para el control de las malezas. Se recomienda monitorear exhaustivamente los lotes con mayor frecuencia tras la aplicación de los activos para detectar fallas y actuar de manera inmediata. La recomendación también aplica para los cultivos con siembra invernal.
