Días atrás se celebró por primera vez en Argentina el Día Mundial de las Falsas Denuncias. En ese marco, en la Ciudad de Buenos Aires se realizó una marcha en Parque Lezama a la que asistieron más de 200 manifestantes que buscaron visibilizar la “falta de garantías jurídicas básicas para personas denunciadas por abuso sexual”.
La convocatoria tuvo lugar en el Paseo Colón y Brasil, y desde allí la columna de manifestantes emprendió hacia el Ministerio de la Mujer para poner de manifiesto el «respeto a la presunción de inocencia» y la «igualdad ante la ley», al tiempo que afirmaron que tales derechos «se vieron erosionados en los últimos años».
«Basta de preventivas sin antes investigación», basta de perspectiva de género», «las sentencias tienen que ser fundadas con pruebas no por miedo a escraches», eran algunas de las consignas que se leían en las pancartas y y afiches que exhibieron los manifestantes. Entre los asistentes participaron María Rosa y Carlos Cabrera, cuyo hijo fue acusado en 2020 de violación sexual por la hija de un fiscal y desde entonces se encuentra detenido.
Según expresaron «no hay ni una sola prueba que lo indique y el testimonio de la acusadora está lleno de contradicciones. Lo están acusando por algo que no hizo… Y no le vamos a soltar la mano».
Una de las organizaciones convocantes fue la Fundación Ayudar y Crecer. Sus representantes indicaron que «los debidos procesos judiciales son erosionados por el nuevo negocio de las falsas denuncias donde se revierte la carga de la prueba con tan solo una denuncia y sin la necesidad de ser respaldada con evidencias».
Andrea Guacci, integrante del Observatorio de Falsas Denuncias y pareja de un hombre denunciado por abuso sexual, situación por la que perdió un embarazo, explicó que los objetivos de tales denuncias «los objetivos son daño, venganza, separación de los padres y los hijos, quitar a alguien de puestos de poder o extorsión».
En relación a la marcha, dijo que «lo único que se busca es visibilizar que las falsas denuncias existen. No podemos negar su existencia. La falsa denuncia no solo afecta a la persona denunciada, sino a toda la familia».
Otro manifestante, José Sosa, relató que fue denunciado por su mujer por violencia y abuso físico durante la pandemia, en 2020, y que desde entonces no pudo ver más a su hija, actualmente de 9 años. «Debido a mi angustia casi pierdo el trabajo, y tuvo que conseguir apoyo psicológico… Yo sólo quiero volver a hablar con mi hija, que sepa que la quiero, que la extraño, quiero abrazarla, estar con ella un ratito. Ojalá volviera tener la misma relación que tenía con ella», relató.
En la marcha estuvo presente el diputado sanjuanino Eduardo Cáceres, quien recibió una denuncia por violencia de género. «Hoy es muy fácil arruinarle la vida a un hombre con una falsa denuncia de género, hasta mandaron mensajes falsos a la prensa, que no existieron en la causa», afirmó.
En tanto, Patricia Anzoategui, abogada penalista y fundadora del Observatorio de Falsas Denuncias, enunció que «como argentinos tenemos que empezar a movilizarnos y vamos a ser las mujeres las que vamos a encabezar esta marcha».
En torno a la protesta se vivió un momento de tensión cuando algunos manifestantes intentaron ingresar al Ministerio de la Mujer, en la sede ubicada sobre la calle Cochabamba. Los empleados bajaron las persianas para evitar el acceso y posteriormente algunos manifestantes forzaron la cortina para intentar ingresar al grito de «basta de falsas denuncias».
«Queremos que nos escuchen», se escuchó posteriormente mientras aguardaban que alguna autoridad del ministerio los recibiera.
A las 19.20, un manifestante vociferó: «Más de una hora esperando por alguien que dé la cara». Poco después, desde dentro un empleado respondió: «Manden un mail y el lunes sólo se recibirán a cuatro personas».
Desde la organización Infancia Compartida que también se sumó a la protesta, señalaron que “repudiar y sancionar las denuncias falsas es defender y poner en valor las denuncias verdaderas”.
“Denunciar es un acto muy serio, desencadena procesos costosos y extensos. Los juzgados tienen una capacidad muy limitada y cada minuto es clave para la atención de una persona en riesgo. La sociedad debe tomar conciencia y la justicia ser implacable ante la vanalización del acto”, deslizaron. “Desde Infancia Compartida repudiamos la utilización de denuncias falsas como estrategia ‘legal’ para impedir el contacto de hijos con Mamás, Papás o familia extendida.Merecemos investigaciones serias y con celeridad separando la paja del trigo”, plantearon.
El movimiento se originó hace más de un año en Inglaterra luego de que la organización Falsely Accused Day fijara el 9 de septiembre como la fecha para expandir conciencia sobre acusaciones falsas y, también, conmemorar la muerte de Simon Warr, un profesor y locutor inglés (61), en el día del aniversario de su nacimiento.
En 2012, Warr fue denunciado falsamente por abuso sexual de un menor, cuyo impacto le costó la carrera, la reputación, y la salud. Después de pasar 672 días en la cárcel, Warr fue absuelto por una corte inglesa en 2014. Seis años después, murió por cáncer de páncreas y de hígado.