El café es una de esas bebidas por excelencia que no pasan de moda, y que suele estar en las alacenas de muchos hogares, ya sea, en granos, paquetes o en cápsula de café. Lo importante es poder arrancar cada mañana con la energía reconfortante que hace sentir éste líquido negro.
Los Coffee Lovers o amantes del café, saben lo que quieren encontrar en cada taza. Su pasión los lleva a una búsqueda constante de los mejores granos o cápsula de café. Estas últimas se han vuelto cada vez más populares en los hogares, por su practicidad, sabor y aroma que brindan. Pero, ¿sabes cómo llega el café de la plata a la cápsula?
El cafeto: el pequeño arbusto que hace posible una pasión
Los granos de cafés son el fruto de un pequeño arbusto llamado cafeto que se cultiva en zonas puntuales de nuestro planeta. Debido a que, estas plantas requieren de condiciones climatológicas específicas para poder crecer.
Los países ubicados en la zona ecuatorial son quienes cuentan con las condiciones geográficas y climatológicas adecuadas para que los granos de café florezcan. Etiopía, Colombia, Guatemala, Kenya, Costa Rica, Jamaica son sólo alguno de los países ubicados en dicha zona que además, producen granos de de calidad con perfiles de sabor únicos.
Esto es importante, pues, seleccionar los mejores cerezos (fruto que contiene el grano de café) es fundamental para poder asegurar la calidad. Sumado a ello, hay todo un trabajo artesanal por parte de los caficultores que cuidan la tierra y seleccionan meticulosamente los granos que irán en cada cápsula de café.
El molido: un factor clave en la cápsula de café
Una vez seleccionado los mejores granos de café, son transportado bajo altos estándares de calidad para cuidar su sabor. Después según la zona se aplicará el tostado específico para realzar el perfil de sabor.
Luego de tener el grano listo debe ser molido para poder ser encapsulado. En este proceso se liberan los aromas que se disfrutan en la taza. Un molido adecuado asegurará entonces que el trabajo previo rinda su frutos.
Por lo general, las cápsulas contienen café molido finamente (pero no demasiado) que permite que el agua se impregne adecuadamente de los sabores y aromas. De lo contrario, el resultado no sería satisfactorio.
En búsqueda del espresso perfecto
Al tener un café de calidad, lo que sigue es sacar el mayor provecho a dicha materia prima para tomar una buena taza. El espresso perfecto es el resultado de una combinación de aire, agua y los aceites de café.
Tomado en cuenta este principio es que Eric Favre fue desarrollando lo que hoy en día conocemos como cápsulas de café. Las cápsulas son hechas en su mayoría de aluminio, pues, es el material que mejor conserva el sabor, aroma y frescura del café.
Su diseño ayuda a proteger el contenido de elementos como la luz, el oxígeno que son factores conocidos como enemigos del café. A su vez, es un material biodegradable que tras su uso puede ser reciclado.
Por qué elegir café en cápsulas
Como ya has podido leer tomar una rica taza de café es el producto final de una larga cadena de producción, actores y condiciones climáticas que se involucran de alguna manera para cuidar de cada granito de café.
Las cápsulas, además de proporcionar calidad, es un sistema práctico con el que podés preparar café de manera sencilla como todo un experto barista. Así como, poder tener en la despensa de tu casa cafés exquisitos provenientes de cualquier rincón del mundo.
Al estar herméticamente selladas, las cápsulas permiten conservan el café adecuadamente, así que no deberás preocuparte por el sabor de tu bebida. Cada vez que uses una cápsulas sentirás la frescura como si recién lo hubiesen molido.
Por otra parte, si bien están hechas para obtener un café tipo expreso, también podés prepararte bebidas clásicas como el latte o el capuccino. Agregarle chocolate o canela para mezclas más audaces o prepararte un café helado en los días de verano.
Las cápsulas de café son sin duda de las últimas revoluciones que tenemos en materia de café, una bebida que perdura en el tiempo.