La historia de José Luis Caramelli, un hombre de 29 años asesinado a tiros la semana pasada en una disputa por la propiedad de un terreno en Florencio Varela, tomó un giro inesperado y oscuro. En un hecho increíble y sin precedentes en la región, la familia de la víctima decidió ofrecer una recompensa de 4.500.000 pesos y un auto a quien brinde «datos certeros» que conduzcan a la captura de los responsables. ¿Venganza?
El crimen ocurrió el pasado jueves cuando Caramelli recibió un disparo en la cabeza, según publicó el portal El Radar. En tanto, las fuentes policiales señalaron que los autores ya fueron identificados, pero siguen prófugos.
Sin embargo, ante lo que aparece como una medida que busca venganza, la familia publicó en redes sociales su llamativo ofrecimiento, señalando que los asesinos se esconden en los barrios San Nicolás, La Sirena o El Molino.
«Estas ratas mataron a mi hermano y andan escondidas por el barrio. Si alguien aporta el dato preciso, la familia ofrece un auto también», escribió un familiar en un post que rápidamente se viralizó, generando controversia y asombro entre los vecinos de Florencio Varela.
El conflicto que culminó en este trágico episodio tiene sus raíces en una disputa por una vivienda ubicada en Diagonal H. Cortez 1142, entre Bourel y Guardia Vieja. Según se informó, el lugar habría sido tomado hace dos años y, más recientemente, allanado por la DDI de Quilmes en el marco de una investigación por venta de autopartes. Vecinos del lugar aseguran que la propiedad también funcionaba como un búnker de drogas, lo que complicó aún más la situación.
Un pasado que condena y una insólita recompensa
En un giro que añade más oscuridad a esta ya perturbadora historia, se reveló que la víctima, José Luis Caramelli, no era ajeno a los problemas legales. Con un extenso prontuario, había estado preso en varias ocasiones por robo, y en 2016 fue baleado en las piernas por un policía cuando intentaba asaltarlo. Su compañero en ese atraco no tuvo la misma suerte y murió en el enfrentamiento. Además, el padre de José Luis, Luis Alberto Caramelli, tiene su propio historial turbio, habiendo sido acusado por varias familas de estafa haciéndose pasar por abogado, un caso que ya había sido reportado anteriormente en los medios.
Mientras la policía continúa con las investigaciones, rastreando a los autores identificados como NN «Toto» y NN «El Veru», la comunidad de Florencio Varela sigue conmocionada por un hecho que parece salido de una novela negra, donde la realidad supera, por mucho, a la ficción.
