En los primeros días de enero de 2019, un año después de que el papa Francisco nombrara al obispo emérito de la ciudad salteña de Orán, Gustavo Zanchetta, como «asesor» de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), una entidad financiera que maneja más de 5 mil propiedades del Vaticano, la Santa Sede anunció que inició una investigación preliminar contra él «por abuso sexual y otros comportamientos impropios».
Sin embargo, Juan José Manzano, uno de los sacerdotes que denunció al religioso -que en 2017 presentó su renuncia como obispo en la diócesis de Orán de manera imprevista alegando razones de salud- dijo que el Vaticano recibió informes en 2015 y 2017 donde se incluían fotos de Zanchetta desnudo en actitudes «obscenas» y cartas donde se denunciaba que había tenido conductas sexuales inapropiadas con seminaristas.
Es decir, que dos años antes de su designación, la información ya había llegado a la Santa Sede, lo cual contradice afirmaciones de principios de enero, del portavoz del Vaticano Alessandro Gisotti, quien subrayó que las acusaciones contra el obispo surgieron en los últimos meses y que Zanchetta se abstendrá de trabajar en el Vaticano hasta que se aclare su situación.
Manzano señaló en una entrevista con la agencia Associated Press que el primer informe en 2015 fue una «primera alerta» que hicieron llegar a Roma a través de «obispos amigos» y que en 2017, «la cosa estaba mucho más grave [con Zanchetta], no sólo porque hubiera habido alguna cuestión de abuso sexual…lo que había era un in crescendo de medidas que conducían la diócesis al abismo», explicó en referencia a presuntas actitudes de abuso de poder.
El mismo Zanchetta pidió a Francisco en la renuncia que presentó el 29 de julio de 2017 que le permitiera irse de la diócesis de Orán por problemas con sus compañeros. «En el momento de su renuncia, hubo acusaciones contra él de autoritarismo, pero no hubo acusaciones de abuso sexual contra él», afirmó Gisotti. El Papa la aceptó el 1 de agosto de 2017 y poco después lo promovió a ser el número dos de la oficina de la Santa Sede que administra propiedades inmobiliarias y financieras del Vaticano.
Cuando asumió Luis Scozzina como nuevo obispo de Orán en 2018, se completó y elevó una «formal denuncia» que dio pie a una investigación canónica preliminar.
El párroco denunciante, sin embargo, que hoy dirige una parroquia de San Cayetano, defendió al exarzobispo de Buenos Aires: «jamás hubo intención de ocultar nada. Jamás hubo intención del Santo Padre de defenderlo de nada», afirmó el párroco, quien consideró a Zanchetta como un «sociópata» y «enfermo» del que fueron «víctima» el pontífice y el clero salteño.
También sostuvo que Zanchetta «se confesaba» con el Papa cuando era el cardenal Jorge Bergoglio. «Era muy amigo, era como hijo espiritual», dijo sobre la relación entre ambos y agregó que tampoco le pareció criticable que el papa lo designara obispo de Orán en 2013, pese a que por aquel entonces era blanco de críticas por abuso de poder en la diócesis de Quilmes.
El papa Francisco, en tanto, viaja esta semana a Panamá y convocó un encuentro en febrero con obispos del mundo para abordar cómo enfrentar los casos de abuso sexual dentro de la iglesia católica.
Gentileza: Datajudicial