El hecho conmocionó el barrio Santa Rosa
El Tribunal Oral 1 de Quilmes condenó a prisión perpetua a un sujeto que abusó sexualmente de su hija y la sofocó hasta matarla en Varela, en un caso que conmocionó al barrio Santa Rosa en noviembre del 2015.
Al conocer la resolución, la madre de la pequeña de 13 años -que fue sofocada entre la madrugada del 22 y 23 de noviembre de 2015 hasta provocarle el deceso- rompió en llantos y rápidamente abandonó la sala de juicio acompañada de allegados.
Al mismo tiempo los familiares de Andrés Justo Dib no ocultaron su malestar, tal como quedó expuesto a lo largo de todo el proceso en un claro enfrentamiento de la familia a partir del trágico hecho, ya que una parte acusa a la madre de ser partícipe del aberrante suceso que derivó en la muerte de la criatura.
Los jueces votaron por dos votos contra uno para condenar a Dib por ser el autor material de la nena bajo la carátula de “homicidio agravado por el vínculo”, la víctima era su pequeña hija de 13 años; en los hechos que acontecieron en una finca de calle 509 al 3300 del Barrio Santa Rosa de Florencio Varela.
De acuerdo a lo que señaló el TOC 1 los fundamentos del fallo se darán a conocer el 3 de noviembre. Lo que se acreditó en el juicio fue que la madrugada del 23 de noviembre la madre despertó y encontró en la cama el cuerpo sin vida de su hija de 13 años e incriminó al padre, su exesposo a quien entre sollozos en las audiencias del juicio lo sindicó como el sujeto al que había visto esa noche junto a la cama. Vale aclarar que la mujer incurrió en contradicciones en sus manifestaciones ante las partes y los magistrados, lo que motivó que fuese convocada en varias oportunidades durante el juicio.
Asimismo durante el proceso hubo un relato de uno de los hijos en Cámara Gesell como de un empleado de la casa de servicios fúnebres que había señalado como al imputado “lo había visto preocupado por saber si en los restos de la niña de 13 años se habían encontrado restos de ADN”, algo que había agregado era infrecuente «en la conducta de un padre ante la pérdida de un hijo».
Dos policías a las sombras
Dos subcomisarios y un suboficial de la Policía bonaerense fueron detenidos por efectivos de Gendamería Nacional, durante cinco allanamientos realizados en las ciudades de Coronel Pringles y Darragueira, acusados de extorsionar a un comerciante en 2015, informaron fuentes judiciales.
Además, ambos jefes policiales están bajo investigación por la presunta comisión de irregularidades cometidas con el pago de sumas adicionales por trabajos extras del personal, conocidas como Cores y Polad, informaron fuentes de la Auditoría de Asuntos Internos del ministerio de Seguridad bonaerense.
Se trata de los subcomisarios Germán Streitenberger, jefe de la Estación Comunal de Coronel Pringles, y Martín Noel Aguilar, titular de la seccional Darragueira; además del suboficial de esta última dependencia Franco Germán Andrada Zurita, quienes tras su arresto fueron desafectados de la fuerza por decisión de Asuntos Internos.
Los tres efectivos están acusados de pedir «coimas» al dueño de un boliche nocturno de Darregueira, según la pesquisa llevada adelante por el fiscal de Delitos Complejos de Bahía Blanca, Gustavo Zorzano.
Por orden de la jueza de Garantías 1 de Bahía Blanca, Gilda Sthempelet, esta mañana personal de la Unidad de Procedimientos Judiciales de Gendarmería Nacional allanó la Estación Comunal de Coronel Pringles, situada en Cabrera 492; la seccional de DarragueIra, España 58, y los domicilios de los tres policías -dos en Darragueira y uno en Huanquelén.
Los tres policías fueron trasladados a Bahía Blanca para quedar a disposición judicial a la espera de ser indagados.
El hecho comenzó a investigarse el 14 de diciembre de 2016 a raíz de una llamada anónima a Asuntos Internos que alertaba acerca de la extorsión, por lo que al otro día se giró la información a la mencionada fiscalía bahiense.
Fuentes del organismo de control precisaron que esa Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 18 de Delitos Complejos, a cargo de Zorzano y con jurisdicción en la seccional en cuestión, pidió las actuaciones recién en marzo de este año, cuando inició la pesquisa judicial.
Según la denuncia, la situación denunciada había comenzado cuando Streitenberger estaba a cargo de la comisaría de Darregueira, en la cual además trabajaba el suboficial Andrada Zurita como jefe de calle.
Fuentes judiciales informaron que, de acuerdo a lo que consta en el expediente, el jefe policial comenzó a intimidar y a exigirle a un comerciante la entrega de dinero en efectivo para que pudiera explotar su local nocturno de la zona de Darragueira.
De la investigación surgió que, bajo esa extorsión, el dueño del boliche realizó varias entregas de dinero, de forma sucesiva, y que en cada encuentro recibía amenazas del jefe policial para que siguiera pagándole o de lo contrario le iba a cerrar el local en el marco de un operativo de control por los festejos de Año Nuevo y además que le iba a «plantar» droga, agregaron los informantes.
Según las fuentes, tiempo después de esa intimidación, Streitenberger se comunicó con el comerciante y le informó que iba a ser trasladado a otra dependencia policial por lo que quien iba a quedar a cargo de ese cobro de dinero iba a ser el comisario Aguilar.
Siempre de acuerdo a la acusación fiscal, a los pocos días, el nuevo jefe policial, Aguilar, mantuvo un encuentro con el comerciante y le exigió el pago de 4.000 pesos por mes con el fin de que pudiera explotar la actividad comercial.
Las fuentes informaron que desde febrero hasta agosto de 2016 la víctima debió realizar las entregas del dinero en forma personal a Aguilar con la intermediación del suboficial Andrada Zurita, quien para el fiscal actuaba conociendo la procedencia ilícita del dinero y de acuerdo a lo dispuesto por su superior.
Según la denuncia del comerciante, a pesar de entregar ese dinero, y a raíz de amenazas e intimidaciones por parte de los policías, debió continuar entregando varias sumas más, incluso en la vivienda de Zurita y en la de Aguilar.