La historia se repita una y otra vez y la violencia de género no cesa. El viernes la Justicia le negó la excarcelación a un sujeto que golpeó a su expareja en Florencio Varela; de no ser por los vecinos que alertaron al 911 seguramente el final hubiese sido el peor, Data Judicial pudo confirmar que el changarín con domicilio en la localidad de Bosques, tenía una condena a 8 meses de prisión por haber provocado lesiones a la misma mujer. Es decir ya tenía antecedentes de violencia, sin embargo otra vez una mujer casi muere a manos de su agresor.
Tal como informamos la semana pasada, MA (de quien este medio se reserva los datos filiatorios) se encuentra detenido y la justicia le negó la exarcelación, la medida fue adoptada por el juez Diego Aguero y en los fundamentos se cita que «el detenido fue condenado, el 15 de diciembre de 2016, a la pena de ocho meses de prisión de ejecución condicional, por resultar autor de los delitos de lesiones leves agravadas por mantener una relación de pareja, amenazas y daños, cuya víctima resultó ser SL»; precisamente la víctima que se encuentra asistida en el Hospital Mi Pueblo con graves daños en uno de sus ojos y cuyo estado de salud es reservado.
Más adelante indica que «del informe remitido por la Dirección de Género de la Municipalidad de Florencio Varela, se demuestra el contexto de violencia de género entre las partes, la reiteración de sucesos violentos y el daño en el cuerpo ocasionado a S, quien se encuentra internada. Que la imagen (de la causa) ilustra la violencia sobre el cuerpo de la mujer y sin perjuicio de la calificación penal que se adopte en
el futuro, me viene a la mente la frase que he utilizado en otras resoluciones y que se aplica al caso: «La violencia deja marcas, no verlas deja femicidios». Que esos antecedentes de violencia demuestran que en
caso de recuperar la libertad el imputado en autos, no sólo puede influir en el futuro relato de los testigos para declarar en forma reticente; lo más importante es que pondría en riesgo la vida de la víctima (SL)»; dice el juez Aguero en su pronunciamiento. Sobre el changarín; como un contrasentido; además se ordenaba en la condena a 8 meses «que realizara un curso sobre violencia de género».
Los hechos
La mujer había sido internada hace una semana con graves lesiones en su cabeza y por los hechos era detenido su pareja. En los sucesos la víctima era rescatada por la celeridad del personal policial tras el alerta que daban los vecinos al escuchar los gritos de pedido de auxilio de la joven en una finca de Zeballos, la localidad varelense.
Al ingresar al patio delantero de la casa la Policía alertaba que una mujer se escapaba y al acercarse se podía ver el rostro hinchado por los golpes y perdiendo mucha sangre. Herida, la mujer pedía por su niño de seis años que estaba en el interior de la casa con el agresor, un changarín con domicilio en Bosques. Una policía con 4 efectivos lograban controlar al violento, paradojicamente un condenado que reincidía contra su expareja, sin siquiera reparar en que ya pesaba sobre él una condena por una golpiza anterior; otra pandemia que no cesa: la de la violencia de género.