En 1986 la Organización Mundial de la Salud definió de forma tajante al desempleo como una de las catástrofes epidemiológicas de la sociedad contemporánea. Poco más de 30 años después, el cierre de puestos de trabajo parece ser una serpiente venenosa que se enrieda en las calles de sus localidades y hunde sus dientes dejando a los trabajadores en el peor estado de vulnerabilidad.
En verdad, el desempleo -ese fenómeno social definido como epidemia- es atravesado individualmente desde la angustia y la desesperación propias del desamparo.
La fábrica de zapatillas Gaelle, fundada en 1982, cerró sus puertas en las últimas horas en la localidad bonaerense de Piñeiro, en Avellaneda, y dejó a 60 trabajadores en la calle. La empresa había comenzado con los despidos en mayo de 2016, cuando la planta tenía 300 operarios.
Días atrás, los empleados llegaron a la planta, ubicada en calle Brasil 373 de esa localidad bonaerense, y se encontraron con las persianas bajas y con carteles que informaban sobre el cese de actividades.
Los despidos y retiros voluntarios habían comenzado en mayo de 2016 y desde entonces se realizaron en pequeños grupos. Antes del cierre quedaban sólo 60 de los 300 trabajadores que tenía la fábrica dos años atrás, según publicó el portal Avellaneda Hoy.
Este duro golpe tiene lugar a pocos días de otro que impactó en Esteban Echeverría con el cierre de Adidas.
Desde la firma Gaelle, que llegó a vivir 36 años desde 1982, manifestaban en los primeros meses de 2016 que “los precios se disparan y se está perdiendo rentabilidad, nuestra ilusión es que pasen estos seis primeros meses que están siendo muy duros por los cambios»
Desde la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (Uticra) advirtieron que el sector atraviesa una crítica situación por el aumento de las importaciones y la caída de las ventas, que derivó en el cierre de fábricas y reducción del personal.
Con dicho panorama, desde el sindicato reclamaron al Gobierno nacional el cierre de las importaciones por el plazo de un año ya que, según denunciaron, este aumento «exponencial» produjo el cierre de medianas y pequeñas fábricas, y una masiva reducción de personal en las plantas industriales.
Vale recordar que el impacto de Gaelle se suma a la crisis en Adidas que ocurrió en Esteban Echeverría en el último mes y que temen que se propague hasta Chivilcoy. En definitiva, fueron 600 las familias afectadas por el cierre de la planta de las tres tiras en la comuna de la Tercera sección y otros tantos en el distrito de la Cuarta sección.
«Lo que había comenzado siendo una preocupación para los trabajadores de la planta de Adidas de Esteban Echeverría por algunos despidos y por complicaciones a la hora de cobrar sus sueldos, terminó convirtiéndose en una de las peores pesadillas: el cierre definitivo de las persianas», confirmó en su momento el jefe comunal, Fernando Gray, a través de su cuenta de Twitter.
Sin embargo, en la cartera que conduce Javier Tizado prefirieron no manifestar nada al respecto. De hecho, el ministro no suele referirse a la situación complicada ni de esta empresa en particular ni de ninguna otra. Misma postura tomó con la crisis en Gaelle.
La crisis se embarca en un escenario en el que aseguran que se perdieron 6.000 puestos de trabajo, entre despidos directos o encubiertos bajo la modalidad de retiros voluntarios.
Alpargatas fue pionero en el cierre de su planta de Florencio Varela en enero del 2017. Un año antes, había despedido a decenas de trabajadores. Las máquinas fueron trasladadas a la provincia de Tucumán y se había dicho que ayudaría a la zona. No fue así.
Alpargatas produce allí sólo una de sus marcas y a mediados de año ya se anunciaron suspensiones.