Dos policías presos acusados de participar en secuestro extorsivo
El escándalo en la policía de Berazategui es tremendo. En el marco de la investigación desarrollada por la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N°3 de la Capital Federal, a cargo de Eduardo Taiano, la titular del Juzgado Federal N°5, María Eugenia Capuchetti procesó con prisión preventiva al integrante de la Gendarmería Nacional Mario Orlando Andino y a los oficiales de la Unidad Policial de Prevención Local de Berazategui de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Fabián Darío Rodríguez y Esteban Gastón Solís.
Los tres están acudados por su intervención en dos secuestros extorsivos padecidos por una misma víctima, ocurridos en octubre de 2020 y enero de 2021. Además, trabó embargos sobre los bienes de los imputados hasta cubrir la suma de cinco millones de pesos cada uno.
Los hechos que llevaron al escándalo en Berazategui
De acuerdo a la denuncia de la víctima, el 16 de octubre de 2020, alrededor de las 20 horas, cuando llegaba a su domicilio de la calle Tacuarí al 400, en el barrio porteño de Montserrat, fue abordado por dos personas, que le colocaron dos pistolas en la cabeza y lo hicieron ingresar a su vivienda. Una vez dentro, los hombres -que vestían de civil y tenían gorras con la insignia “GNA” y chapas colgantes- se identificaron como personal de la Gendarmería Nacional y dijeron tener una orden de allanamiento y detención, firmada por el juez federal Rodolfo Canicobal Corral, en el marco de una presunta investigación por infracción a la Ley 23.737 de represión del narcotráfico.
Luego de revisar la vivienda, los supuestos gendarmes le exigieron dinero y le advirtieron que lo llevarían detenido, tras lo cual lo esposaron, lo retiraron del lugar y lo obligaron a comunicarse con una sobrina, a quien le demandaron 800 mil pesos en concepto de rescate. Posteriormente, la víctima relató que los secuestradores llamaron nuevamente a la mujer y le indicaron que fuera sola a las inmediaciones del edificio de la Gendarmería Nacional, en el barrio de Retiro. Sin embargo, como ella no conocía la zona, acordaron encontrarse en la zona del Shopping Abasto, donde la mujer entregó a uno de los captores el dinero, en la intersección de las calles Zelaya y Anchorena. La víctima fue liberada, previo a que le sustrajeran sus efectos personales, un teléfono celular y 500 mil pesos.
Días después, la sobrina de la víctima señaló que recibió distintos llamados -a través de la aplicación WhatsApp- en los que una persona, que se hacía pasar por integrante de una fuerza de seguridad, le exigía dinero. La misma víctima declaró también que, una semana después de su secuestro, se comunicaron con su sobrina y los citaron en el Hospital Militar. Allí, uno de los hombres que lo tuvo cautivo le refirió que “por haber realizado la entrega del dinero solicitado iban a arreglar la supuesta causa para que finalice ahí”.
Sin embargo, días después, de acuerdo con el relato del damnificado, fue citado en un local de comidas rápidas, ubicado en la Avenida San Juan, donde un hombre le mostró un papel donde, supuestamente, ampliarían la investigación en su contra. Unas semanas después, la víctima recibió un mensaje de texto donde le exigieron mil dólares para “que cierren su causa”.
En la tarde del 15 de enero de 2021 el hombre fue secuestrado nuevamente. Tal como relató, al igual que un año antes, fue abordado por dos hombres que se identificaron como policías -vestían chalecos con la inscripción “policía” y credenciales en su pecho- y le exhibieron una orden de detención y allanamiento suscripta por el juez Canicobal Corral -la cual no le permitieron leer- y lo obligaron a ingresar a su vivienda.
Una vez dentro del departamento, lo esposaron, revisaron el lugar y lo subieron a una camioneta blanca -que era de uso oficial-, que lo trasladó hasta un predio que sería propiedad de la “DD Berazategui” de la Policía Bonaerense. Allí, de acuerdo a sus dichos, estuvo detenido una hora hasta que apareció un nuevo sujeto, quien lo golpeó y le exigió el pago de 20 mil dólares, tras lo cual le sustrajo su teléfono celular y la billetera que tenía en su morral.
Al cabo de un tiempo, los tres captores volvieron a subir al hombre a la camioneta. Conforme recordó el damnificado, circularon por una autopista y, a la altura de un peaje, le devolvieron su teléfono, para llamar a pedir dinero para su liberación. Así, pudo comunicarse con una conocida, a la que le explicó la situación. Al cabo de unos minutos, los secuestradores llamaron a la mujer, quien pudo reunir U$S 4.000, que entregó en las inmediaciones de una iglesia, en el barrio porteño de Pompeya.
Finalmente, el hombre indicó que fue liberado, alrededor de las 22.00, cerca de su vivienda y que, cuando pudo ingresar a su casa advirtió que, durante el falso allanamiento le habían sustraído dos relojes, tres remeras, un par de zapatillas y 90 mil pesos.
La investigación que terminó con los policías presos
La pesquisa, desarrollada por la Fiscalía Federal N°3 junto a la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (UFESE) y el Departamento Antisecuestros Sur de la Policía Federal Argentina, se basó en el testimonio de la víctima, sus allegados, y el análisis de las comunicaciones desarrolladas durante el hecho y las imágenes registradas por distintas cámaras de seguridad del Centro de Monitoreo Urbano de la Policía de la Ciudad.
Así, se determinó que el teléfono que utilizaba Rodríguez, se activó en cercanías de la iglesia de Pompeya, donde se cobró uno de los rescates, y cerca de la vivienda de la víctima. Además, los investigadores establecieron que el imputado también se comunicaba con Solís, con quien se desempeñaba en la Unidad Policial de Prevención Local de Berazategui, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Por otra parte, el teléfono de Solís también registró actividad cerca de la vivienda del damnificado, en días previos al secuestro de octubre de 2020.
También, gracias a las imágenes de las cámaras de seguridad recabadas, se estableció la presencia de ambos oficiales en los lugares de captación de la víctima y cobro del rescate.
Por otra parte, la fiscalía profundizó la investigación respecto a la posible intervención de agentes de la Gendarmería Nacional, y pudo determinar que una de las líneas empleadas en el primer secuestro, era utilizada por el exgendarme Mario Orlando Andino, quien estaba detenido en el Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad de Buenos Aires, a disposición del Tribunal Oral Federal N°1, en el marco de una investigación por narcotráfico.
Además, del análisis de las comunicaciones surgió que la línea que Andino denunció oportunamente, al tramitar diversos permisos de circulación durante las restricciones impuestas por la pandemia del virus COVID-19, coincidía con uno de los números utilizados por los perpetradores. También, cuando se le incautó su teléfono, se advirtió que tenía agendado el contacto de Rodríguez.
En virtud de todo ello, y los testimonios incorporados en la investigación, la fiscalía estableció que Rodríguez intervino los dos de los secuestros extorsivos denunciados por la víctima, y en la sustracción de los dos relojes, prendas de vestir y 90 mil pesos. Por su parte, Solís participó en el primer secuestro, perpetrado en octubre de 2020, oportunidad en la que también, le sustrajo pertenencias al damnificado,
Finalmente, se determinó que Andino también intervino en los dos secuestros y los dos robos, y que fue quien efectuó las llamadas extorsivas a la sobrina de la víctima, días después de la primera captación.
Procesamientos y embargos
Tras ser indagados, y en línea con el criterio de la fiscalía, la jueza Capuchetti procesó con prisión preventiva a Fabian Darío Rodríguez como autor de los delitos de secuestro extorsivo agravado por haberse cobrado el rescate, por haber sido cometido por un integrante de una fuerza de seguridad (dos hechos), y, en uno de ellos, también agravado por la intervención de tres o más personas organizadas para perpetrarlo. También, lo procesó como autor del robo agravado (dos hechos) por haber sido cometido por integrantes de fuerza de seguridad, pero dictó su falta de mérito con relación al delito de extorsión.
Por su parte, Solis fue procesado con prisión preventiva como coautor del delito de secuestro extorsivo agravado por haberse cobrado el rescate y por haber sido cometido por un integrante de una fuerza de seguridad, y por robo agravado. Asimismo, se dispuso su falta de mérito respecto a los otros hechos de secuestro y robo y por la extorsión.
Finalmente, Andino fue procesado con prisión preventiva por los dos hechos de secuestro extorsivo, los dos robos y por el delito de extorsión en grado de tentativa.
La jueza trabó embargo sobre los bienes de los tres hombres, hasta cubrir las sumas de 5 millones de pesos cada uno.
Asimismo, la investigación continúa a fin de identificar a otras personas que pudieran haber intervenido en los hechos denunciados.