Con un mensaje contundente, sin rodeos, siempre poniendo la luz en los más vulnerables, Monseñor Carlos Tissera encabezó una nueva Misa de la Esperanza, la 24° que se realiza todos los años en el Cruce de Florencio Varela y que la inició Jorge Novak en tiempos de crisis. «En estos días, buscando caminos para resolver el hambre en el país alguien dijo «los pobres no duermen porque tienen hambre, y los ricos no duermen porque tienen miedo a la reacción de los pobres»… la propuesta cristiana no es hacer muros, es tender puentes»; enfatizó la máxima autoridad de la grey católica en la región.
En misma línea que su Santidad Francisco y por la senda del fundador de la diócesis, el recordado Jorge Novak; Tissera agregó en su mensaje plagado de reclamos a la clase dirigente que «como pueblo argentino iniciamos un nuevo período democrático. La esperanza de un porvenir mejor se traduzca en vida digna, desarrollo integral, trabajo para todos, acceso a la salud y educación de calidad… con los demás obispos argentinos decimos que «las mayores hipotecas del país siguen siendo la pobreza, la exclusión y la desigualdad».
A la tradicional misa que convocó alrededor de 10 mil personas de todas las comunidades de Quilmes, Florencio Varela y Berazategui asistieron el intendente de Florencio Varela, doctor Andrés Watson; el exembajador en El Vaticano, Carlos Cúster; el Obispo Adjunto, Marcelo (Maxi) Margni y el Obispo Emérito de Río Gallegos Juan Carlos Romanin como también el cóndul de Paraguay en La Plata Juan Ramón Cano Montanía. En medio de un clima de júbilo Tissera saludó a los presentes y encabezó la bendición ya entrada la noche para finalizar con una clara relexión: «nuestra opción por los más frágiles y pobres corre el riesgo de quedarse en un plano teórico o emotivo. Ayudémonos a tener gestos concretos», finalizó.