Florencio Varela – La llegada de Abiel Osorio, exjugador de Vélez acusado de abuso sexual, al Club Defensa y Justicia desató una ola de repudio entre las hinchas y socias del Halcón. La atmósfera en el predio de entrenamiento estaba cargada de tensión, con manifestantes exigiendo la separación del jugador hasta que la justicia se pronuncie.
Protesta en el predio de entrenamiento
Desde temprano, un grupo de hinchas y socias se congregó en uno de los accesos del predio de entrenamiento, portando carteles y pancartas en rechazo a la reciente contratación de Osorio. La noticia de su incorporación cayó como un balde de agua fría entre los seguidores del club, quienes consideran esta acción una traición a los valores y la ética que debería representar Defensa y Justicia.
Voces de las «halconas» por la contratación de Osorio
“Nos concentramos en la puerta del predio hinchas, socias y no socias en repudio a este refuerzo, que es Abiel Osorio. Es pública la causa que tiene por abuso sexual a una periodista deportiva en Tucumán. No queremos que el club sume a este jugador, queremos que nos escuchen. Nos gustaría que lo tengan apartado hasta que la Justicia dicte una sentencia. No queremos que juegue”, explicó Lidia Barán, una de las socias más activas en la protesta.
Silencio de la dirigencia de Defensa y Justicia
Durante la manifestación, las voces se alzaron con fuerza, pero la respuesta de la dirigencia fue un silencio ensordecedor. Ni Diego Lemme ni ningún otro miembro de la directiva apareció para dialogar con los manifestantes. La falta de respuesta institucional no hizo más que alimentar el descontento y la frustración entre las hinchas y socias del club.
Exigencia de un Departamento de Género
El reclamo también incluyó una exigencia que ya lleva tiempo en la agenda de las socias: la creación de un Departamento de Género en Defensa y Justicia. “Queremos que el club entienda que estas cosas pasan porque no hay un Departamento de Género donde se pueda charlar de estas cuestiones y abordar estas problemáticas. Es muy necesario que se arme este espacio y también tener un Protocolo (de actuación ante casos de violencia), que hoy no existe”, sostuvo Lidia Barán. La falta de este departamento, que es una realidad en muchos otros clubes de Primera División, deja un vacío importante en la institución de Florencio Varela.
Malestar y desconfianza en la hinchada
El malestar entre las hinchadas es palpable. “Nos sentimos traicionadas por la dirigencia. Este jugador no debería estar aquí hasta que la Justicia se expida”, comentó Mariana López, otra de las manifestantes. La indignación no se limita solo a la llegada de Osorio, sino también a los rumores sobre la posible contratación de José Florentín, otro de los futbolistas implicados en la misma causa de abuso sexual.
Contexto del caso judicial de Abiel Osorio
El caso judicial de Abiel Osorio es complejo. El futbolista está imputado por abuso sexual con acceso carnal, y junto a otros exjugadores de Vélez, pasó tres meses con arresto domiciliario en Tucumán. Aunque fue liberado bajo condiciones, como presentarse cada 15 días en los Tribunales de Tucumán y pedir autorización para salir del país, la mancha de la acusación sigue presente y genera un fuerte rechazo en la comunidad varelense.
Debate sobre Ética en el Deporte
La situación generó un profundo debate sobre la ética en el deporte y la responsabilidad de las instituciones. “No solo se trata de fútbol, se trata de los valores que queremos para nuestro club y nuestra sociedad”, afirmó Ana Morales, socia de Defensa y Justicia. Las manifestaciones no se limitarán al predio de entrenamiento. En la reanudación del torneo de la Liga Profesional, cuando el Halcón reciba a Boca el próximo domingo, las socias e hinchas planean repartir volantes y expresar su descontento con banderas y abucheos si Osorio está convocado.
Desafío Interno en Defensa y Justicia
El panorama en Defensa y Justicia es incierto. La falta de respuesta por parte de la dirigencia no solo afecta la imagen del club, sino también la confianza y el vínculo con su hinchada. En un momento en que el fútbol debería unir y ser un espacio de celebración, el Halcón enfrenta un desafío interno que podría tener consecuencias duraderas.
