Lo que ocurrió en la Escuela Primaria 18 del barrio Ricardo Rojas de Florencio Varela es verdaderamente una situación de alerta roja en cuanto a la violencia escolar, que lejos de apaciguarse, crece a pasos agigantados transformándose un de las mayores preocupaciones del ámbito educativo en el distrito. «Pegale», fue la orden impartida por un padre a su hijo durante una pelea escolar.
Allí dos maestras, que intentaban separar cuando dos alumnos se peleaban en la puerta de la escuela, fueron agredidas con insultos y golpes, por el padre de uno de los estudiantes quien lejos de apaciguar los ánimos incentivaba a su hijo a que le pegue a su compañero. “Dale, pegale”, decía sin vergüenza.
El hecho, según refirieron los docentes consultados Infosur, ocurrió el martes pasado cuando el sujeto mayor de edad, incentivaba a su niño a que le pegue. “En un momento pensábamos que incluso el le pegaría al niño”, dijo uno de los testigos de ese vergonzoso encuentro.
Lo que se pudo establecer en base a los testimonios es que en la puerta de la escuela dos alumnos del segundo ciclo comenzaron una pelea y que las docentes intervinieron para separar. En ese momento, el padre de uno de los contrincantes comenzó con una dura diatriba para impulsar que su hijo no sólo continúe con la pelea, sino que lo golpee sin miramiento. “Pegale, quebralo”, le decía.
Las docentes, ante la inusitada violencia del hombre mayor de edad, decidieron ingresar al establecimiento a uno de los chicos a fin de cuidar su integridad física lo que despertó la ira del sujeto que no sólo agredió a las maestras, sino que amenazó con prender fuego la escuela.
“Dos alumnos de segundo ciclo comenzaron agredirse físicamente y mientras intentamos separar a los chicos, ingreso el papá de uno de los nenes de manera violenta empujando a los nenes que estaban en la puerta de salida. Y este papá incitaba al hijo para que le pegara al nene, dirigiéndose a dirección empujando a todos, la señora directora lo frenó en la puerta, mientras otras de las docentes escondían al nene dentro del baño”, contó una de las docentes que todavía no sale de su estupor por el grado de violencia.
“Este papá insultó de manera verbal y física (empujándola) a la directora, nos amenazó a todas las docentes y personal de la escuela y a la misma institución, diciendo que prendería fuego la escuela. Amenazando a la familia del niño agredido.”, remarcó.
ANTECEDENTES
Hace poco más de un mes, una maestra de la escuela número 26 del barrio El Rocío, Bosques, Florencio Varela, denunció ser víctima de un brutal ataque, lo que despertó todas las alarmas de la comunidad educativa, que convocaron para un abrazo solidario a la institución.
Hace tres semanas, observamos an parte de una grabación casera de un vecino que da cuenta de la violencia registrada a la salida de la Escuela Media 3 del barrio Villa Mónica en Florencio Varela.
Por los mismos días, tras la pelea de dos alumnas, se armó una verdadera batalla campal en la puerta de la Secundaria 1, Dr. Dessy, con arma blanca incluida, que dejó a tres preceptoras heridas a golpes cuando intervinieron para separar.
En este caso, según señalaron fuentes confiables, la pelea se registró en el turno tarde cuando, primero, dos alumnas se enfrentaron a golpes, y después, pasaron a intervenir familiares y amigos de ambas, lo que conllevó al pánico y la batalla campal.
Según el testimonio de algunos docentes, uno de los familiares le acercó a una de las alumnas un «faca» para la pelea lo que motivó que las dos preceptoras intervinieran de inmediato y resultaran heridas. Lo increíble de la situación es que tanto directivos como titulares de inspección pretenden sancionar a las docentes por haber intervenido.
«Nos sancionan por intervenir y también por no intervenir», dijo una de la docentes que prefirió el anonimato.
En tanto, en mayo de este año, desde UDOCBA Florencio Varela reclamaron en carácter de urgente mayor celeridad y acompañamiento por parte de la justicia, ante los recientes hechos de violencia en establecimientos escolares, además el gremio pidió preservar los derechos de los niños y trabajadores docentes ante este tipo de hechos, como así también a los medios de comunicación la debida precaución a la hora de difundir datos personales que atenten contra la integridad de la familia.