Luis Ramírez (33) llegó esposado. Lo sentaron en el frío asiento de la celda de las fiscalías de Florencio Varela. La mirada perdida y el silencio. Sólo habló para pedir un poco de agua. Después, cuando lo trasladaron al despacho de la fiscal María Nuria Gutiérrez, la que instruye su caso, la miró fijo, casi intimidante. La firmeza de la fiscal lo hizo bajar la mirada. Buscó refugio en el Defensor Oficial que lo asiste por estas hora.s Y se negó a declarar en la causa en la que está sindicado como el autor material del parricidio, el que conmovió a todo Florencio Varela, la última semana.
Ramírez fue indagado por la fiscal de Instrucción María Nuria Gutiérrez, quien le imputó el delito de «doble homicidio calificado» de Apolinario Ramírez (70) y Norme Verjes (70).
Fuentes judiciales informaron que, asistido por un defensor oficial, el acusado se negó a declarar, tras lo cual seguirá formalmente detenido a disposición del Juzgado de Garantías 5 de Florencio Varela mientras se resuelve su situación procesal.
En tanto, la fiscal Gutiérrez recibió en las últimas horas el informe de la autopsia que determinó que Verjes fue asesinada de dos fuertes golpes en la cabeza provocados con un elemento contundente compatible con una maza y que le provocaron destrucción total de cráneo, dijeron los informantes.
Según las fuentes, los médicos forenses establecieron que Ramírez padre recibió un golpe en el cráneo y otro en las costillas, ambos aplicados con el mismo elemento utilizado para asesinar a la mujer, aunque fue el primero el que le provocó destrucción cerebral y, por ende, la muerte.
Los peritos también estimaron la data de muerte en unos 10 días antes al hallazgo de los cuerpos, lo que se produjo el miércoles de la semana pasada, agregaron los voceros.
Una fuente con acceso al expediente explicó a Télam que la autopsia confirmó lo que la mejor amiga del acusado declaró que éste le confesó: que había matado a su padre y a Verjes con una maza hacía varios días.
«Una maza con restos de cabello fue secuestrada en el jardín delantero de la vivienda y en el living, donde la testigo dice que el acusado le admitió que mató a la mujer, se hallaron manchas de sangre, al igual que en un galpón trasero donde sorprendieron a la otra víctima», precisó el pesquisa consultado.
Además de los peritajes y la testimonial de la mejor amiga del acusado, la fiscal Gutiérrez incorporó en las últimas horas al expediente la declaración de una novia del acusado que también dijo que éste le confesó a ella que había cometido el doble crimen.
Las fuentes señalaron que la instructora judicial calificó los homicidios por «criminis causa», es decir, matar para ocultar otro delito, en este caso, el robo de unos 100.000 pesos que las víctimas tenían ahorrados y apoderarse de la casa en la que vivía la pareja asesinada.
«Y en el caso de Ramírez padre también se suma el agravante del vínculo», añadió el investigador.
El doble crimen fue descubierto el miércoles pasado, en una vivienda situada en Bucarest al 700, de Florencio Varela, en el sur del conurbano, adonde personal policial se presentó luego de que la mejor amiga del ahora detenido denunció que éste había matado a su padre y a Verjes y enterrado sus cuerpos en el jardín trasero del inmueble.
Cuando los pesquisas llegaron al lugar el acusado no se encontraba allí y tras horas de excavación descubrieron los cuerpos a unos 70 centímetros de la superficie, cubiertos por una sábana y en un avanzado estado de descomposición.
De hecho, un vecino de las víctimas había denunciado el día anterior los olores nauseabundos provenientes de la casa y la llamativa ausencia de sus moradores.
Cuando la Policía fue hasta la vivienda, el imputado dijo que sus padres se habían ido de viaje y no los dejó pasar, y como los efectivos no tenían orden judicial para allanar y supuestamente no percibieron los olores se retiraron.
Tras el hallazgo de los cuerpos, la fiscal Gutiérrez solicitó la captura de Ramírez hijo quien se cree que con los ahorros de la víctima se compró un Renault Clío que fue hallado abandonado el jueves pasado en Lanús.
Al continuar con las diligencias para localizar al acusado, los detectives de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) Quilmes establecieron que éste se había marchado a la provincia de Tucumán pero que el pasado fin de semana planeaba regresar a Florencio Varela, al parecer, con la intención de entregarse.
Ante esta situación, los efectivos montaron una serie de puestos de vigilancia encubiertos en distintos puntos estratégicos del trayecto, entre ellos, San Nicolás, donde el sábado por la tarde detuvieron al prófugo a bordo de un micro que se detuvo en un parador de esa ciudad del norte de la provincia de Buenos Aires.