Una era moza en el Rojo Bar de Florencio Varela. La otra, tenía una dietética en la misma zona. A la primera, identificada como Micaela Lorena Elías (36), la mataron en agosto de este año. El cadáver fue encontrado en el cruce de la ruta 36 y la calle 970, y causó gran conmoción. Un remisero, que supuestamente la acosaba desde hacía un tiempo, quedó incriminado luego de que la policía encontrara en su auto pertenencias de la mujer.
Las lesiones de Micaela evidenciaron su desesperado intento por defenderse del asesino. En ese sentido, los especialistas médicos de la policía informaron que la víctima poseía «lesiones en el rostro y en la mama izquierda», al tiempo que constataron que el causal de muerte fue «ahorcamiento con una chalina que poseía, anudada en la parte trasera». En manos de la fiscal Gisela Olszaniecki se encuentra la investigación de este femicidio.
La otra, es Silvia Ruiz, de 55 años, que era propietaria de una dietética en la calle San José al 1400, quien fue asesinada por su pareja, Claudio Rajoy, quien tras matarla, se arrojó al paso de un tren. Este femicidio ocurrió en octubre.
Ambos casos le ponen rostros. Nombre y apellidos al flagelo que se vive en este momento: los femicidios.
NUMEROS QUE ALARMAN
La estadística de un femicidio cada 30 horas en Argentina se sostiene en los últimos años, tal como reveló el informe presentado por La Casa del Encuentro, que computó 230 entre el primer día de este año y el 31 de octubre último, asesinatos que dejaron sin mamá a 294 personas, en su mayoría menores de edad.
El informe da cuenta de las cifras de un período donde se realizaron dos marchas con la consigna NiUnaMenos, movilizaciones que “no construyen agresores, ellos existen y no deben silenciarnos”, según dijo Ada Rico, responsable del relevamiento.
A partir de las multitudinarias concentraciones realizadas en el país el 3 de junio y el 19 de octubre de este año se debate en diversos ámbitos sobre el recrudecimiento de la violencia de género.
Por eso Rico inicia el análisis de las estadísticas para Télam explicando que en junio se registraron 13 femicidios “que es el promedio más bajo de los 9 años que llevamos realizando los informes”, pero en octubre “el porcentaje es el más alto desde 2008, con 39” asesinatos.
“Queda graficado de esta manera que no es causa y efecto, es evidente que el agresor no se construye por una movilización, el agresor existe siempre y la causa es mucho más profunda. El violento no lo hace por inspiración o efecto contagio. Hablar de femicidios es nombrar las desigualdades estructurales que existen entre varones y mujeres, es nombrar la violencia extrema y movilizarnos para repudiarla. Es reclamar que dejen de matarnos”, aseveró la dirigente social.
DENUNCIAS
Las estadísticas de enero a octubre 2016 mostraron que 16 mujeres asesinadas habían realizado denuncias y que 12 lograron la exclusión del hogar del violento u órdenes de restricción de acercamiento.
Rico se pregunta: “¿Cómo actúa la justicia? ¿Qué sucedió con las denuncias? ¿Por qué no se las protegió? No tenemos la respuesta. Tenemos femicidios”.
Y avanza con los cuestionamientos, porque hay 202 femicidios (88%), donde no hubo denuncia previa, entonces “¿Por qué las mujeres que están en una situación de violencia no denuncian? ¿Les falta información, confianza en la policía y la justicia, no tienen donde hacerlo, no las escucharon?”
Por eso, el informe estadístico elaborado por la ONG viene acompañado con una serie de reclamos, entre otros que “es imprescindible el Registro Oficial Único de Casos de Violencia de Género, como herramienta para el seguimiento y la implementación de más políticas públicas de protección”.
Y también “la reglamentación de la ley 27210, de patrocinio jurídico gratuito, para que las que no tienen los recursos económicos necesarios, puedan tener realmente acceso a la justicia”.
A COMIENZO DEL AÑO
En los primeros 10 meses de este año, 294 hijas e hijos quedaron sin madre, 173 son menores de edad, de allí la urgencia con que reclama la directora de La Casa del Encuentro que se debata el proyecto de ley de pérdida automática de la responsabilidad parental del femicida condenado, y la llamada “Ley Brisa” para otorgar una reparación económica estatal para los menores de edad huérfanos a causa de femicidios.
Otro dato revelador es que 41 femicidas se suicidaron, y lo hicieron “en una última demostración de poder, asesinando a la mujer y luego, suicidándose. Cuando la mata pierde su objeto de control, su autoestima se derrumba, no tiene un sentido para seguir viviendo. Y el suicidio no implica el temor a la condena social, ni a estar preso, porque ha construido una estructura donde siente que es legítimo que él decida sobre la mujer, porque es “su” mujer y nadie puede juzgarlo ni condenarlo”, explicó la especialista.
También el informe incluye los femicidios vinculados de hombres y niños, es decir, de varones asesinados cercanos a la víctima para «castigarla» a ella, o que murieron tratando de salvarla del criminal. Fueron 27 desde enero a octubre de este año.
El informe lo elabora la organización social desde 2008, cuando creó, ante la falta de estadísticas oficiales, el Observatorio de Femicidios «Marisel Zambrano», en homenaje a una víctima cuyo asesinato no fue publicado en ningún medio, dato importante, porque la estadística la realiza en base a las noticias publicadas en las agencias Télam y Dyn, y 120 medios de comunicación nacionales y provinciales.
Los números finales, números que son personas, es que desde el año 2008 hasta octubre de este año hubo 2324 femicidios de mujeres, niñas y adolescentes; 233 femicidios vinculados de hombres, niños y adolescentes; 2812 personas quedaron huérfanas a causa de este delito, de las cuales 1790 son menores de edad.