Fue como al pasar, casi de casualidad. Una niña de cuatro años reveló cómo su tío lo sometía a extraños juegos de orden sexual sometiendo su inocencia a los bajos instintos perversos de un enfermo.
Brenda, mamá de la víctima, relató el aberrante hecho: «El viernes pasado mi hermana estaba cuidando a mis hijos cuando de repente, mi nena le dice que Diego (hermano del esposo de Brenda) tiene el pito grande. Inmediatamente mi hermana le empieza a hacer más preguntas y mi hijita le dice: Me dijo que yo toque y entonces toqué un rato».
De inmediato, la tía de la víctima comenzó a grabar la charla con la menor para mostrarle a su hermana lo que decía la nena. Fue así que le preguntó «si hacían algún tipo de juegos», a lo que la nena respondió «jugamos al tobogán». Al interrogar sobre de qué se trataba este juego la criatura le dio a entender que «el tío se sentaba en una silla» con ella a upa y este la movía «de arriba para abajo».
Al enterarse de todo esto, Brenda fue corriendo hasta la casa de sus suegros, vivienda en la que también reside el presunto abusador, y contó todo lo sucedido. Para su sorpresa, la madre de su marido se tomó la cabeza y gritó: «Otra vez lo mismo no, por favor no lo denuncies».
Allí, la madre del acusado le reveló a Brenda que «Diego tuvo otra denuncia por abuso sexual contra una menor, también de la familia y esto pasó en Entre Ríos». Según indicó «en aquel entonces sus padres lo encubrieron».
En tanto, el suegro de Brenda después de escuchar su estremecedor relato, le dijo:»Yo te entiendo, pero yo también soy padre. Esto deberíamos resolverlo entre nosotros y no con la policía», lo que generó la furia de la madre de la nena abusada que en ese instante abandonó la propiedad.
Por su parte, el hermano del pederasta y padre de la nena abusada»está destrozado con la situación, no sabe ni que decir. Muy dolido está», sostuvo la mujer.
Según explicó, en los próximos días su hija comenzará a ver una psicóloga y que «retomará el colegio», ya que «mi idea es que cuanto antes retome su vida normal». En cuanto a la situación con su agresor opina que «solo quiero que lo detengan de una vez, vive a dos cuadras de mi casa. Volver ahora del trabajo y pensar que está tan cerca de mi hija me aterra