La verdadera riqueza del partido de Florencio Varela está en su gente. Aunque por años las invasiones culturales que sufrió nuestro continente hayan tenido también impacto en esta Patria Chica intentando demostrar lo contrario. Varela, este territorio geográfico de la provincia de Buenos Aires, a unos 30 kilómetros de la Capital de los argentinos, cobija las expresiones culturales que amalgaman una identidad a través de la diversidad. Fiel reflejo de la integración de la Patria Grande.
Aquí conviven los hermanos del Continente: paraguayos, bolivianos, chilenos y uruguayos, además de peruanos, entre otras comunidades. Esa sangre que se mezcla con la que llegaron antes: italianos, japoneses, portugueses y escoceses. Y los que vinieron desde nuestras provincianías: correntinos, santiagueños, tucumanos, salteños.
Todos y cada uno con su modo de Ser se aquerenciaron en Varela y le dieron al partido su impronta. Esas comunidades, orgullosos de su acervo cultural, llevan a la calle sus fiestas con su fe, sus creencias, sus ropas y sus comidas. Ese es el partido del encuentro. Donde todos juegan.
LA CREACIÓN
Contar la creación de un Partido es repasar la historia de sus pobladores. Forjadores de un pueblo con esa estirpe gallarda de que las utopías son posibles. Vatteone, Dessy, Bocuzzi, Hudson, Sallarés, Juan de la Cruz Contreras, Pedro Bourel, Sotelo Vázquez y Camilo Devincenzi, son algunos, y sólo algunos, de los hombres que dejaron su marca indeleble en la historia pujante del partido varelense. Los cimientos de la comunidad que nació hace 126 años, un 30 de enero.
PUEBLO “SAN JUAN”
Los vecinos nucleados en una comisión elevaron el petitorio al gobernador Mariano Acosta, quien firmó el decreto para la creación del pueblo bajo el nombre de San Juan.
Juan de la Cruz Contreras, fue uno de los propulsores del movimiento que culminó con el reconocimiento del pueblo el 11 de febrero de 1873. Además, el pueblo de San Juan reclamó el nombramiento de un capellán para quedar a cargo de la capilla donde se veneraba a la imagen de San Juan Bautista.
En 1876, comenzó el proyecto para la construcción del templo. En 1877, se realizaron las primeras fiestas patronales en honor a San Juan Bautista y, en 1878 se colocó y bendijo la piedra fundamental de la iglesia. En febrero de 1880 se inauguró el templo con el altar principal.
La diversidad cultural de aquel entonces explica un dato curioso. En la zona rural San Juan era llamado “Saint John” mientras que los vecinos del pueblo lo llamaban “San Juan el bautista”, pero se trataba del mismo santo elegido para recibir la devoción de todos los habitantes.
En 1833, la comisión de vecinos inició gestiones para cambiar el nombre de la población.
En octubre de 1886 el Poder Ejecutivo resolvió llamar Florencio Varela a la estación del ferrocarril que estaba bajo el nombre de San Juan. El 30 de enero de 1891, se promulgó la ley Nº 2397 que impuso el mismo nombre de la estación al nuevo Partido.