Vecinos denuncian una ola de ataques contra Ruca Hueney, una institución que desde hace 35 años brinda contención a jóvenes con discapacidad en el barrio Santa Rosa. Se llevaron hasta las herramientas de trabajo. “Apuestan por la vida y los dejan sin nada”, lamentaron.
En pleno corazón del barrio Santa Rosa, en Florencio Varela, una asociación civil sin fines de lucro que sostiene desde hace más de tres décadas un centro de contención para niños y jóvenes con discapacidad, fue saqueada cuatro veces entre mayo y julio. El último ataque ocurrió el 30 de julio, y fue devastador.
El espacio afectado se llama Ruca Hueney y funciona en las calles Rumania y Humahuaca. Allí, desde hace 35 años, se ofrecen apoyo escolar, terapias de psicopedagogía, estimulación temprana, talleres de jardinería, dibujo, artesanía y acompañamiento para las familias. Todo sostenido a pulmón por profesionales que donan su tiempo y vecinos comprometidos.
Pero la solidaridad no bastó para frenar la saña del delito. “Tenemos alarmas, pero se las ingenian para evitarlas. En cada robo dejaron un desastre. Nos sacaron el plasma, herramientas, materiales y hasta las escaleras que usamos para los talleres. Nos arrasaron”, contaron desde la institución a Infosur Diario.
Los ataques no son nuevos, pero en los últimos meses se intensificaron. “Llamamos al 911 cada vez, pero la impunidad con la que entran y rompen todo nos deja devastados. No somos una empresa, no tenemos seguros. Esto lo hacemos por amor a los chicos y a las familias que más lo necesitan”, relató una de las responsables.
Un golpe local en medio del abandono nacional
El último robo se produce, además, en un contexto crítico para el sector, tras el veto del presidente Javier Milei a la ley que declaraba la Emergencia en Discapacidad. La norma buscaba otorgar respuestas urgentes a las múltiples problemáticas que atraviesan a las personas con discapacidad en la Argentina, entre ellas el acceso a servicios, recursos y protección estatal.
“Es tremendo lo que pasa. A nivel nacional nos dan la espalda y acá nos saquean. ¿Qué más tiene que pasar para que nos cuiden?”, se preguntan desde Ruca Hueney, donde cada jornada es una batalla por sostener el trabajo comunitario.
Una historia de compromiso que duele
Ruca Hueney no es solo un edificio. Es un refugio. Un lugar donde chicos con discapacidad encuentran estímulo, afecto y herramientas para integrarse a la vida comunitaria. Allí trabajan psicopedagogos, terapeutas ocupacionales, docentes, talleristas y voluntarios que creen en la inclusión real.
Por eso, cada robo no solo representa una pérdida material, sino un golpe al alma de un proyecto colectivo. “Queremos visibilizar lo que está pasando. Que se sepa. Que las autoridades actúen. No podemos seguir remando solos contra todo”, dijeron los vecinos.
Un pedido urgente
El llamado es claro: más seguridad para las instituciones comunitarias que cumplen una función vital en los barrios más postergados de Florencio Varela. Ruca Hueney es una de ellas. Y hoy necesita del acompañamiento de toda la comunidad.
“Seguimos apostando por la vida, aunque nos dejen sin nada”, dicen desde el centro con una mezcla de tristeza y determinación.

