Sergio Berni, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, tenía previsto otro día en Florencio Varela. Quería llegar primero al polideportivo Thevenet y participar de una entrega de 30 patrulleros para Florencio Varela. Sin embargo, eso no pudo ser. El sangriento tiroteo en San Rudecindo cambió todos los programas, y Berni terminó en la casa del papá de Milagro prometiendo que iba a hacer todo lo posible para esclarecer su muerte. A la salida, fue abucheado por un grupo de vecinos que no quieren saber nada con la policía y su accionar. Berni, expresó que seguirán combatiendo al narcotráfico y que “voy a trabajar para darle mayor seguridad, en una provincia donde los problemas estructurales de seguridad son muy grandes”.
“Después de esto nos vamos a juntar con los vecinos en una sociedad de fomento. Invito a los vecinos a que se acerquen para encontrar una vía de solución. Este es un problema que nos está aquejando de manera más fuerte. Después de las circunstancias de Chano tenemos que afrontar entre todos y debatir de buena manera el narcotráfico”, expuso Berni entre gritos de los vecinos.
Aseguró que siempre que hablamos de narcotráfico «hablamos de droga. Yo hago siempre hincapié en algo que parece que pasara inadvertido, que es la violencia y la muerte que genera la comercialización». Yo no vengo acá a descargar responsabilidades, vengo acá porque tengo una responsabilidad que me encomendó el gobernador Axel Kicillof.