Es un hecho por demás insólito pero que muestra a las claras el penoso olvido al que se somete a la Reserva de Biósfera Parque Pererya Iraola por parte de las autoridades provinciales.
Luego de la denuncia por la tala indiscriminada e ilegal en la zona de acceso público, documentada con fotografías tomadas por el destacamento de Guardaparques, ahora se conoce que también se roban el fardo.
La postal fue otra vez documentada por los Guardaparques del Parque Pereyra Iraola que vienen denunciando el sistemático ataque a la biósfera y la inacción gubernamental.
Camiones y camionetas último modelos se llevan el enfardado del único relicto de pastizal pampeano que se protege en la Reserva de Biósfera y con ello producen un daño irreparable al hábitats de aves, anidaciones, impactan brutalmente en la dinámica ambiental del que se supone es el sector de mayor protección para garantizar la biodiversidad y los inescrupulosos se llenan los bolsillos.
“¿Se entiende por qué no nos necesitan en las 10.250 has de la reserva de biosfera? ¿Y por qué los funcionarios nos quieren decir ellos cuál es nuestra función y donde tenemos que trabajar?”, se preguntan los Guardaparques que hicieron conocer el robo mediante las redes sociales.
“Nosotros vamos hacer lo que nos dice la reglamentación y no lo que se les antoje a funcionarios inescrupulosos”, señalaron al formular la denuncia pública.
En tanto, integrantes de la Asamblea de la Reserva de Biósfera Pereyra Iraola y representantes de la red Ecosocialista realizaron en esta semana una manifestación frente a las puertas de la Torre I (12 y 51), de la ciudad de La Plata, donde se ubican las oficinas del Ministerio de Desarrollo Agrario, para reclamar el cese de las talas en el Parque ubicado entre los caminos Centenario y Belgrano.
Los reclamos tienen que ver con el convenio formado entre Desarrollo Agrario y la facultad de Ciencias y Forestales y Agrarias de la UNLP que contempla la tala en un espacio de 200 hectáreas dentro del pulmón verde y la construcción de viviendas panelizadas.
Se trata de un bosque de eucaliptus, localizado sobre el kilómetro 38,5 de la ruta 2. La empresa Massuh iba a utilizar esos árboles como materia prima, pero finalmente la compañía quebró y ese sector quedó integrado naturalmente al patrimonio del Parque.
La asambleísta Rossana Ronato declaró que “de llevarse a cabo esta extracción estarían destruyendo el hábitat, dejarían a la fauna sin refugio, los suelos descubiertos, expuestos la erosión del viento, la lluvia y la misma actividad humana. Y su extracción también provocaría una alteración en nuestro clima que genera el bosque en su integralidad”.
“Hablan de economía circular pretendiendo realizar una extracción de 100 toneladas de madera de una plantación que hoy forma parte de la reserva”, dijo. “Además los guardaparques informaron hace algunos días la tala ilegal en un sector del parque y denuncian que no tienen combustibles para recorrer toda la extensión, tampoco el alimento para sus caballos y no les contestan las notas con sus pedidos”, relató Ronato.
En la misma línea afirmó: “Hoy no hay un plan de manejo integral del Parque, esta vulnerabilidad facilita los desmanejos sistemáticos de las sucesivas gobernaciones”. “Desde la Asamblea exigimos que el Ministerio de Ambiente tome a la Reserva de Biosfera Pereyra Iraola bajo su órbita, debe encargarse de que se preserve y se conserve para las futuras generaciones”, exigió.