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Un viaje por las aguas servidas de Villa Itatí para medir el ritmo del Covid

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TELAM 27102020 Buenos Aires: La detección de Covid-19 en aguas residuales de un barrio popular aumentó o disminuyó en forma directa de acuerdo a la cantidad de casos, comprobaron investigadores de Conicet y del Laboratorio de Virus Emergentes de la Universidad de Quimes, lo que constituye el primer trabajo en demostrar esta correlación en territorios donde no toda la población tiene cloacas. Cgl

Ir al baño y tirar de la cadena en tiempos de coronavirus no es solo lo que parece. Hoy se sabe que el SARS-CoV-2 no se excreta únicamente por las vías respiratorias, sino también por el tracto grastrointestinal, lo que convierte a las heces en una especie de vehículo de transmisión del virus que va a parar a las aguas residuales que circulan bajo las alcantarillas de las ciudades. De esta forma, un análisis de las muestras, algo que ya están haciendo muchas ciudades en Europa y que el Gobierno va a impulsar a nivel nacional, puede orientar sobre el punto en el que se encuentra la epidemia en una población concreta. ¿Pero qué pasa con los barrios populares del conurbano?

La detección de coronavirus en aguas residuales, es decir aquellos que no tienen cloacas, de un barrio popular aumentó o disminuyó en forma directa de acuerdo a la cantidad de casos, comprobaron investigadores de Conicet y del Laboratorio de Virus Emergentes de la Universidad de Quilmes, lo que constituye el primer trabajo en demostrar esta correlación en territorios donde no toda la población tiene cloacas.

«Hasta el momento había muchos trabajos sobre la búsqueda de restos genómicos de SARS-Cov-2 en aguas residuales en España, Italia, Austria, pero siempre fueron en poblaciones con redes cloacales definidas. Nuestro objetivo fue comprobar si esto era posible en barrios populares donde no toda la población tiene cloaca», señaló a Télam Juan Manuel Carballeda, uno de los autores de la investigación.

El trabajo, que se encuentra en pre-print (etapa previa a la publicación en revista científica sin revisión de pares) y cuyo autor principal es el investigador Néstor Gabriel Iglesias, arrojó un resultado contundente: «el aumento de casos se correspondía muy bien con el aumento en la detección de genoma de SARS-Cov-2».

El estudio se realizó en el barrio Itatí de Quilmes entre mayo y septiembre de este año: «Analizando topológicamente el barrio vimos que la mayor parte de la descarga va a una laguna a cielo abierto y pasa por un bomba que ayuda en esa descarga, y ahí es donde tomamos las muestras», describió Carballeda.

Y continuó: «Allí se coloca un aparato que toma muestras cada 20 minutos durante seis horas, ese material se lleva al laboratorio y ahí se hace la extracción de ácidos nucléicos y sobre eso se realiza la PCR en tiempo real, similar al proceso que se utiliza para hacer diagnóstico».

«Observamos para esta comunidad que las mediciones de las concentraciones de SARS-Cov-2 en aguas superficiales contaminadas por aguas residuales pueden considerarse como una estimación de los cambios en la prevalencia de Covid-19 a nivel de población», señalaron los autores en las conclusiones.

TELAM 27102020 Buenos Aires: La detección de Covid-19 en aguas residuales de un barrio popular aumentó o disminuyó en forma directa de acuerdo a la cantidad de casos, comprobaron investigadores de Conicet y del Laboratorio de Virus Emergentes de la Universidad de Quimes, lo que constituye el primer trabajo en demostrar esta correlación en territorios donde no toda la población tiene cloacas. Cgl

No obstante, Carballeda describió que «la búsqueda de virus en las aguas cloacales es una herramienta de vigilancia epidemiológica muy interesante pero tenemos muchas salvedades sobre su uso como herramienta única, más que nada cuando tenemos resultados negativos porque la no detección puede ser porque hubo lluvias intensas, un problema en la toma de la muestra, alguna contaminación, etc.»
«Entonces -continuó- esto significa que si el resultado es negativo no podemos descartar que haya casos, pero sí vimos que cuando los casos aumentaron se incrementó la detección».

El trabajo, que se realizó en coordinación con el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), el Organismo Provincial de Integración Social y Urbana (Opisu) y con el Municipio de Quilmes, fue parte de una estrategia de vigilancia en el barrio que incluyó además el seguimiento y el rastreo de contactos.

«En Itatí hubo una política de mitigación muy fuerte de casos, de hecho los estudios de serológicos posteriores arrojaron una prevalencia del 17% a diferencia de otros barrios populares como fue el barrio 31 en CABA donde se concluyó que se había infectado más del 50% de los habitantes», describió el investigador.

Carballeda señaló que la tarea «se está replicando en otros municipios como Mercedes y en algunas jurisdicciones que se encuentran en instancias Dispo (Distanciamiento Social Obligatorio) puede ser una herramienta muy interesante, pero no se puede pensar como la única».
Este grupo de investigación forma parte de la red «Detección de coronavirus en el ambiente, con foco inicial en aguas residuales» conformado en el marco de la Unidad Coronavirus y coordinado por la Unidad de Gabinete de Asesores del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.

La red, actualmente conformada por once iniciativas, tiene como objetivo «estudiar la evolución epidemiológica de Covid-19 a partir del análisis de muestras de aguas residuales».

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