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Último adiós al Padre Adrián: «El Abuelo»

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Padre Adrián, "El Abuelo"

El 21 de mayo de 2024, la tarde cayó con un aire de tristeza en los barrios de Florencio Varela, Quilmes y Berazategui. El repentino fallecimiento del Padre Jesús Adrián Darío Gómez, conocido cariñosamente como «El Abuelo», dejó una marca indeleble en la comunidad. Nacido el 9 de septiembre de 1957 en Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, fue un faro de esperanza y fe para muchos.

Desde pequeño, Jesús Adrián mostró una inquietud vocacional que lo llevaría lejos de su tierra natal. En marzo de 1984, ingresó al «Preseminario» en la Casa Santo Cura Brochero de la Diócesis de Quilmes, comenzando así su camino hacia el sacerdocio. Su viaje espiritual se intensificó cuando, en marzo de 1985, se trasladó al Seminario María Reina de los Apóstoles de Berazategui, donde se formó en el recién creado CEFITEQ (Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos de Quilmes).

La ordenación del Padre Adrián

El 15 de septiembre de 1989, recibió el Orden Sagrado del diaconado, y poco más de un año después, el 15 de diciembre de 1990, fue ordenado presbítero por el Siervo de Dios, Padre Obispo Jorge Novak.

Su primera designación como vicario parroquial fue en la Parroquia Nuestra Señora de Itatí de Quilmes Oeste en 1991. Desde entonces, su trayectoria pastoral lo llevó a diversas parroquias, marcando vidas y construyendo comunidades a su paso.

En febrero de 1992, asumió como Vicario Parroquial de la Parroquia San Cayetano en Florencio Varela. En 1996, se convirtió en Administrador Parroquial de la misma parroquia, y dos años después, dirigió la recién creada Escuela de Diáconos Permanentes «San Lorenzo, mártir».

Su búsqueda de conocimiento lo llevó a la Universidad Gregoriana de Roma en 2002, donde obtuvo la Licenciatura en Teología Espiritual.

El 21 de septiembre de 2004, el Padre Obispo Luis Stöckler lo nombró Párroco de San Cayetano en Berazategui, un cargo que desempeñó con dedicación hasta el último día de su vida. Además, «El Abuelo» extendió su mano pastoral a otras parroquias y desempeñó diversos roles, como Director Pastoral de Nuestra Señora de la Paz en Florencio Varela y Administrador Parroquial de Santa Teresita del Niño Jesús en Ezpeleta.

En 2005, retomó la dirección de la Escuela de Formación del Diaconado Permanente y, en 2010, fue designado Delegado Episcopal para la Pastoral de Santuarios.

Ejerció también como Capellán del Colegio Santa Teresita del Niño Jesús y ocupó en varias ocasiones los cargos de Decano de Berazategui, miembro del Consejo Presbiteral y del Consejo de Párrocos.

Emotivo último adiós

La noticia de su partida dejó un vacío inmenso. Las campanas de las iglesias resonaron en un lamento colectivo, y las velas se encendieron en su memoria. Su vida, llena de servicio y amor por su comunidad, fue un testimonio de entrega incondicional.

El dolor se mezclaba con el agradecimiento mientras la comunidad se reunía para despedirlo. «El Abuelo» no solo fue un sacerdote; fue un amigo, un confidente, un guía espiritual. Los feligreses recordaban con cariño sus homilías llenas de esperanza y sus gestos sencillos pero significativos. Su capacidad para escuchar y ofrecer consuelo en los momentos difíciles era inigualable.

En una ceremonia emotiva, los vecinos de Florencio Varela, Quilmes y Berazategui se congregaron para rendir homenaje a su vida y su legado. Las palabras de agradecimiento y los recuerdos compartidos pintaron un retrato de un hombre cuya fe inquebrantable y amor por su comunidad dejaron una huella imborrable.

El Padre Jesús Adrián Darío Gómez será recordado como un faro de luz en tiempos de oscuridad, un verdadero pastor que guió a su rebaño con amor y dedicación. Su legado perdurará en los corazones de aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo y ser tocados por su bondad.

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