Un fiscal de Quilmes pidió que Jorge Ríos, el jubilado de 71 años que en julio del 2020 mató a uno de los delincuentes que lo asaltaron en su casa del partido de Quilmes, sea sobreseído a cinco días del inicio del juicio por jurados que lo tenía como acusado, luego de que un nuevo peritaje negara que el hombre le haya disparado en la calle al ladrón fallecido, informaron fuentes judiciales.
El pedido fue presentado por el fiscal Andrés Federico Nieva Woodgate, titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) 18 del mencionado distrito, ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 quilmeño, que ahora deberá resolver si decide mantener el comienzo del juicio por jurados por el «homicidio agravado por el uso de arma de fuego» de Martín «Piolo» Moreyra (26), que tendrá a Ríos en el banquillo de los acusados.
La solicitud de Nieva Woodgate, a la que tuvo acceso Télam, fue efectuada en las últimas horas luego de darse a conocer el cuarto peritaje en el que especialistas de la Policía de la Ciudad negaron que Ríos haya «rematado» a Moreyra en la vía pública.
«La filmación no captó fogonazos correspondientes a ninguno de los tres supuestos disparos efectuados en la vía pública contra Moreyra», expresó el representante del Ministerio Público en su presentación.
El mencionado estudio, que resultó clave para que el fiscal desestime acusar al jubilado, fue elaborado por cuatro especialistas pertenecientes al Gabinete Multidisciplinario de la Superintendencia de Policía Científica de la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y fue realizado en base a la filmación de cinco minutos de una cámara de seguridad ubicada a metros de la vivienda de Ríos, ubicada en Ayolas al 2700, en Quilmes Oeste, donde cae al suelo «Piolo» Moreyra.
En ese sentido, el informe estableció «la imposibilidad de determinar la existencia signos compatibles con el disparo de un arma de fuego, en virtud de no poder visualizar elementos como ser destellos luminosos, cambios significativos de luminosidad o fogonazos, producto de la deflagración de la pólvora en la secuencia fílmica analizada».
A su vez, el peritaje indicó que «los movimientos y gestualidades corporales de Ríos no serían compatibles con la posición anatómica humana de disparo de un arma de fuego».
El informe de los expertos de la Policía de la Ciudad tuvo un resultado similar a otros tres que fueron incorporados al expediente: el primero elaborado por la División de Pericias Técnicas de la Superintendencia de Comunicaciones de La Plata; el segundo de la Sección Fotografía Forense y Videofilmación de la Delegación Policía Científica de misma ciudad; y el tercero de la Sección Pericia de Video, dependiente de la División de Pericias Técnicas de la Superintendencia de Comunicaciones de la capital bonaerense.
De esta manera, para el fiscal del juicio si Ríos «solo efectuó disparos dentro de su morada, su respuesta a la agresión ilegítima, en cualquier supuesto fue proporcional a la agresión recibida, sin que mediara provocación previa de su parte» y consideró que «la realización del debate oral próximo, ocasionaría un dispendio innecesario de recursos».
Siguiendo con la misma línea, Nieva Woodgate manifestó que la muerte de Moreyra ocurrió en un acto de «legítima defensa» del jubilado y basó su decisión en que «las vainas que corresponden a los disparos que Ríos presuntamente efectuó no fueron secuestradas en un procedimiento incuestionable»; que el único testigo presencial «no puede ser todo lo contundente que debiera»; y que «cuatro expertos declaran y ponen en seria duda la posibilidad de que Ríos haya efectuado disparos en la vía pública».
«Si ya de todos modos hubiera resultado harto dificultoso convencer a diez de doce miembros del jurado, para que condenen por un homicidio agravado a una persona anciana que trabajó toda su vida honestamente y fue invadido, hurtado y robado tres veces en una misma noche por una banda, y atacado con un destornillador la última vez, sufriendo pluralidad de heridas; me resulta directamente imposible pensar en que esos mismos diez de doce ciudadanos en total, arribarán a la certeza de que debe ser condenado alguien así. Debido todo lo expuesto, me llevará a peticionar el sobreseimiento», finalizó el fiscal.
Por su parte, tras conocer el requerimiento del fiscal, el abogado defensor de Ríos, Marino Cid Aparicio dijo a Télam que «el Ministerio Público no quiso ir a juicio para no verse envuelto en una causa armada».
«Se plantaron pruebas. Casi terminaron matando a un pobre hombre, que lo único que hizo fue defenderse en su casa de una agresión ilegítima que le quería sacarle los ojos con un destornillador», opinó Cid Aparicio en diálogo con esta agencia.
Los hechos investigados ocurrieron entre las 4 y las 4.50 de la madrugada del 17 de julio del 2020, cuando cinco ladrones ingresaron por tercera vez en la misma noche a robar a la vivienda de Ríos.
El herrero jubilado fue sorprendido en su casa mientras dormía, y fue golpeado e intimidado con un destornillador por los asaltantes, quienes le causaron heridas en el dorso de la mano derecha, en su antebrazo derecho, y en la cabeza, al mismo tiempo que «intentaron desapoderarlo ilegítimamente de cosas de valor existentes en la propiedad», según acreditó el juez Martín Nolfi.
Sin embargo, los ladrones no pudieron lograr su objetivo porque Ríos extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros y les efectuó varios disparos con los que los hizo huir.
En las imágenes de las cámaras de seguridad se ve que uno de los asaltantes, luego identificado como Moreyra, quedó rezagado del resto de la banda porque estaba herido y trató de huir rengueando hasta que cayó a la vuelta de la esquina.
En los mismos videos se ve que Ríos salió armado de su casa y alcanzó a Moreyra, lo pateó y, según declaraciones de testigos, le disparó.
Si bien en la filmación no se observa a simple vista ningún fogonazo por la mala calidad de la imagen, la hipótesis principal de la fiscalía de instrucción, a cargo de Ariel Rivas, es que, en ese sitio, a 60 metros de su casa, el jubilado remató al delincuente.
Sin embargo, la defensa se amparó durante estos tres años en un peritaje balístico del Instituto de Ciencias Forenses de Lomas de Zamora, el cual determinó que Ríos disparó «a una distancia superior a los 50 centímetros».
En tanto, el personal policial que arribó al lugar minutos después de consumado el hecho tras un llamado al 911, encontró tres vainas servidas correspondientes a un arma calibre 9 milímetros.
A su vez, la autopsia al cuerpo de «Piolo» Moreyra indicó que el delincuente recibió dos balazos, uno en el tórax y otro en la región abdominal que le causó la muerte, por lo que la defensa de Ríos sugirió que pudieron haber sido «plantadas» por los policías que trabajaron en la escena.