Desde las primeras horas de este jueves, residentes de Florencio Varela, Quilmes, y Berazategui se enfrentan a una inesperada parálisis en el transporte público. Un paro sorpresivo deja a gran parte del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) sin algunas de sus principales líneas de colectivos, afectando a miles de usuarios que dependen de este servicio para sus desplazamientos diarios.
La medida de fuerza, convocada por los choferes de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), responde a la falta de cumplimiento en el pago del aumento salarial y un bono no remunerativo previamente acordado con las empresas del sector. Este conflicto laboral impacta al menos a 36 líneas de colectivos, según reportan fuentes gremiales y empresariales, complicando la rutina de incontables pasajeros en la región.
Qué líneas de colectivos no circulan
Los delegados de MOQSA, una empresa que presta servicio en la zona sur del conurbano, fueron los primeros en anunciar la suspensión de actividades, afectando rutas críticas como las líneas 159, 219, 300, 372, 584, y 619. Estas líneas dejaron de operar desde la medianoche de este miércoles, en un claro indicio del descontento que reina entre los trabajadores del transporte por la demora en la acreditación de sus sueldos.
La lista de servicios interrumpidos se extendió rápidamente con la adhesión de otras compañías, como El Nuevo Halcón, que opera la línea 148, y Metropol, responsable de otras 27 líneas vitales para la movilidad dentro del AMBA. Entre estas se encuentran las líneas 65, 90, 136, 151, 163, 176, 182, 194, 195, 228, 237, 276, 310, 322, 326, 327, 336, 365, 386, 392, 448, 503, 504, 507, 510, 670, y 741, sumando un nivel de afectación sin precedentes para los usuarios regulares de estos servicios.
En tanto, según se informó desde la terminal de colectivos de La Plata, la empresa TALP (línea 338) tampoco circula esta madrugada. Se trata del servicio que une la capital bonaerense con San Isidro y pasa por el Cruce Florencio Varela.
El origen de este conflicto se remonta al 20 de febrero, cuando las empresas debían abonar un bono de $140,000 a los trabajadores, compromiso que fue postergado y que detonó esta «retención de tareas» en demanda de los haberes adeudados. La UTA declaro que esta medida de fuerza busca proteger los derechos de los trabajadores que, habiendo prestado servicios durante todo el mes, aspiran a recibir sus salarios en tiempo y forma.
La situación generó un cruce de declaraciones entre los representantes sindicales y la Secretaría de Transporte, que calificó el paro como «una medida aislada» y adelantó la posibilidad de aplicar sanciones a las empresas incumplidoras. Mientras tanto, los usuarios del transporte público enfrentan una jornada de incertidumbre y dificultades para llegar a sus destinos, con la esperanza de que el conflicto se resuelva a la brevedad.