En una fría noche de invierno, Nelly, una jubilada de Florencio Varela afiliada al PAMI, vivió una odisea que parecía sacada de una película de terror. Su historia, un testimonio de la desesperación y la falta de respuesta en momentos críticos, comenzó cuando la noche se asentó sobre el sur del conurbano bonaerense.
Todo comenzó cuando Nelly, con un ataque de presión arterial, decidió buscar ayuda médica de urgencia. Había escuchado que la Clínica Santa Clara de BASA Salud, propiedad de los mismos dueños del diario Crónica, era el lugar de PAMI. Sin embargo, al llegar a la clínica, se encontró con una puerta cerrada y un personal que, inexplicablemente, le negó la atención sin brindar ninguna explicación.
El reloj avanzaba y la desesperación de Nelly crecía. Sin opciones en la Clínica Santa Clara, decidió dirigirse a la nueva clínica Berazategui-14 y 141 de la localidad homónima, confiando en que allí encontraría la ayuda que necesitaba. Pero el destino no le favoreció. Al igual que en el primer lugar, el personal de la clínica le negó la atención de PAMI, dejándola en un estado de angustia y vulnerabilidad.
El tiempo y el cansancio empezaban a hacer mella en Nelly, pero su determinación de recibir atención médica no se extinguía. Sin perder la esperanza, continuó la búsqueda junto a su hija que la trasladaba en el auto, esperando que en algún rincón del conurbano encontrara el alivio que tanto necesitaba. La situación parecía desmoronarse a cada paso. Y su salud se ponía en riesgo.
Con atención de forma particular desembarcó en la Clínica Ranelagh donde la estabilizaron y pudo volver a su hogar. Sin embargo, tenía medio cuerpo entumecido y volvió otra vez a buscar asistencia médica.
Finalmente, después de horas de deambular por las calles frías y desoladas, Nelly fue trasladada por su hija a la Clínica Don Bosco. Allí, por fin, encontró la atención que le había sido negada en otros lugares. Los médicos la recibieron, la estabilizaron y comenzaron a tratar sus problemas de salud. El personal médico de esa clínica estaban sorprendidos por la cantidad de pacientes que estaban llegando de distintas localidades, como Berazategui y Florencio Varela, sin recibir atención adecuada.
Nelly fue una de las muchas víctimas de una noche atípica en la que la falta de respuesta en los centros médicos de la región desnudó la vulnerabilidad de los sistemas de salud. La clínica Don Bosco, aunque sobrecargada, logró ofrecer el alivio necesario en una situación crítica.
La historia de Nelly pone de manifiesto una situación alarmante que requiere atención urgente. La falta de respuesta en las clínicas del PAMI en la región y la denegación de atención en momentos de crisis médica no solo exponen a los pacientes a un sufrimiento innecesario, sino que también subrayan la necesidad de una revisión y mejora en la gestión de servicios de salud.