EN AGOSTO DEL 2015 HABÍAN RECONOCIDO EL CUERPO DE SU HIJO
Victoria Kishimoto sufrió la peor de las torturas: la desaparición de su hijo, Julio Gushiken, uno de los denominados “Pibes del Santa”, que forma parte de los institutos más reconocidos de Florencio Varela, cuya polémica sobre la posible vinculación del director en los 70 y la dictadura militar no se acaba de cerrar nunca.
En las últimas horas Victoria murió. Su lucha, unida a la de los otros nueve desaparecidos del Instituto y a los 16 de la comunidad japonesa en Argentina, pudo devolverle el cuerpo de Julio en agosto del 2015, cuando el Equipo de Antropología Forense, pudo reconocerlo.
Victoria era oriunda de Motobu, Okinawa. Llegó a la Argentina durante los años 30 donde se casó con Seisho Gushiken; y en 1952, se trasladaron a Florencio Varela. Victoria y Seisho tuvieron 6 hijos, Mirta, Emilia, Roberto, Julio, Hugo y Graciela.
“Desde la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Florencio Varela, abrazamos a la familia Gushiken y los acompañamos en este momento” expresaron y remarcaron que su hijo “Julio fue uno de los identificado (en donde funcionó el Centro Clandestino de Detención El Banco) por el Equipo de Antropología Forense en el año 2015”.
Julio Gushiken era era miembro del Partido Comunista Marxista-Leninista. Su familia no está segura de cuando empezó a militar. «Calculo que Julio empezó a militar estando en el secundario, en el Instituto Santa Lucía, porque ahí también otro compañero de él, del mismo curso, está desaparecido”, dice Hugo. «Él no daba mucha información de lo que hacía…»
Julio era dos años mayor que Hugo, y después que se mudó de casa, iba a visitar a su familia cada fin de semana. Las visitas se hicieron menos y menos frecuentes, especialmente en la medida que el clima político se volvió más hostil a los militantes de izquierda y el pueblo en general. «Unos días antes de que le festejáramos el cumpleaños de 15 a mi hermana menor, él vino y… bue, venía antes porque el día de la fiesta él no podía venir. Y esa fue la última vez que fue a mi casa…”
Eso fue en noviembre de 1977. Después de esa visita, su otra hermana y Julio se reunían brevemente de forma esporádica. Pero en febrero de 1978, se perdió el contacto. Ellos no saben dónde fue secuestrado, dónde fue llevado; nada. «Hace algunos años, personas me dijeron que puede ser que él haya muerto en un enfrentamiento acá cerca… En Florencio Varela”, dice Hugo. «Pero no son datos concretos».
Esta noticia trae al relato la historia de un grupo de jóvenes que desde principios de la década del 70 intentó armar un centro de estudiantes en ese instituto privado regenteado por su fundador, Modesto “Tino” Rodríguez, quien fuera amigo del genocida Jorge Rafael Videla, a quien reivindicaba como héroe nacional y por el cura Francisco Motta. La institución dependía de la diócesis de Avellaneda al mando de Antonio Quarracino, reconocido cómplice de la dictadura.
Rafael Britez y Néstor Denza son quienes investigaron las secuelas de la dictadura militar en el Instituto Santa Lucía. Todo quedó reflejado en el libro «Los Pibes del Santa» Represión estudiantil en Florencio Varela (1976-1983),
Allí, los autores sostienen que el acceso a la educación era casi para privilegiados en Florencio Varela en la década del 70 y citan como ejemplo que sólo se graduaban no más de 130 estudiantes por año.
En ese contexto, resaltan que el instituto Santa Lucía se caracterizaba por “abrir” sus puertas tanto a hijos de ricos como de trabajadores, generalmente rurales. Pero contrariamente a esta política de apertura, en lo ideológico el rector Tino deschavaba su complicidad con la dictadura y lo manifestaba en enfrentamientos directos y persecución contra los que llamaba “forajidos, irresponsables y subversivos”. Y así lo hizo notar, al principio con pintadas, cuentan los ex alumnos, algunas sobre la calle Quintana. Una de ellas rezaba: “Fuera perros comunistas Lépore y March”, contra la pelea que daban el Grupo de Resistencia Estudiantil Secundario (GRES) y la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) para conformar un centro de estudiantes. Una de las tantas cuestiones por la que peleaban los pibes del Santa.
Entre 1975 y 1981 detuvieron-desaparecieron a 10 alumnos del Santa Lucía de Varela: Teodosio Acuña, Daniel Demaestri, José Lépore, los primos Horacio y Julio Gushiken, la pareja Ángel Iula y Silvia Schand (se supone por una grabación, embarazada de tres meses) y los hermanos Gustavo, Sergio y Alejo Zurita. Todos habían comenzado su militancia estudiantil en esa institución y luego comprometieron su tiempo entre el trabajo social y la fábrica.