El cumpleaños que no fue
Ismael, papá de Sabrina Barrientos, víctima de la Masacre de Varela, dice que él tiene nuevas pistas, pero no sabe a quién contárselas porque nadie está investigando.
No hay dolor más grande que conmemorar el cumpleaños número 20 de una hija en una tumba. Y que el crimen que la arrancó de una vida llena de proyectos permanezca impune con un expediente judicial volviéndose cada vez más amarillo en el oscuro archivo de la fiscalía de Florencio Varela.
Ismael Barrientos, el padre de Sabrina, asesinada en la principal avenida de Varela en un verdadero baño de sangre junto a Denise Juárez, en el caso conmocionante conocido como “La Masacre de Florencio Varela” viajó desde Mar del Plata el miércoles pasado para traer flores al cementerio local y persistir en el juramento de no abandonar su lucha.
Sandra Gómez, la mamá de Sabrina, lo esperó al pie de la tumba, y aunque están separados hace muchos años, juntos renovaron la promesa de buscar Justicia.
“A la Justicia de Varela no le importa quién la mató”, dice Ismael en un testimonio exclusivo a Infosur. “Tengo nuevas hipótesis para presentar, pero no sé a quién contárselas porque nadie está investigando”, refiere mientras junto a su familia deposita las flores en la tumba de quién justo ese día, hubiese cumplido apenas 20 años.
La causa está archivada, después de una insólita disputa entre las fiscalías de menores y de mayores. La última decía que había un menor implicado, la primera dijo que no tenía elementos para sostener esa hipótesis. Y la causa duerme en el cajón de la impunidad.
El 11 de marzo del 2017 cuatro chicas fueron baleadas a quemarropas en la avenida Sensabello después de salir del boliche bailable Santa Diabla. Sabrina Barrientos y Denise Juárez murieron en el asfalto caliente y bañadas en sangre. Magali Pineda y Némesis Nuñez sobrevivieron con secuelas que le durarán para toda la vida. Cinco años después el caso está impune.
“Extraño su risa, mi hija era hermosa y hoy la tengo que venir a saludar acá”, dice con un llanto que no puede contener y una angustia que le hunde el pecho. Ismael viajó más de cinco horas y no quiere irse de esa ultima morada de Sabrina frente a la capilla del cementerio. “Quiero limpiar el honor de mi hija, esto es cuestión de adultos, quiero saber quiénes la mataron y por qué, pero a la Justicia no le importa”, dice entre lágrimas y ahora arrodillado en un rito estremecedor.
Infosur, con el acompañamiento de Impulso Local, un programa de Facebook para los medios locales, prepara el primer documental sobre el caso. Allí se conocerán testimonios exclusivos, algunas contradicciones del expediente y datos que hasta ahora nunca nadie se había animado a contar.