En Ingeniero Allan, en el partido de Florencio Varela, la armonía vecinal se rompió en pedazos en una escalofriante confrontación que involucró armas de fuego y puños. El episodio, ocurrido en la tarde del 8 de octubre, dejó a la comunidad conmocionada y a las autoridades en estado de alerta.
El escenario de este inquietante suceso fue la calle 1256, entre las intersecciones con las calles 1151 y 1153, donde un joven identificado como Joel, de 20 años, se encontraba cortando el pasto en su patio. Fue entonces cuando su vecino, con quien había tenido un altercado el día anterior, hizo su entrada en escena de la manera más amenazante posible: portando un arma larga de tipo recortada.
Sin previo aviso, el agresor abrió fuego contra Joel, disparando dos veces, pero por suerte los proyectiles no lo alcanzaron. La situación rápidamente se volvió aún más violenta, ya que ambos hombres se enzarzaron en una pelea a puñetazos.
Tiros y trompadas en Ingeniero Allan
Tras el violento enfrentamiento, el vecino agresor se retiró del lugar y regresó a su domicilio, sin que se reportaran heridos graves en el incidente. No obstante, la rápida respuesta de las autoridades locales evitó que la situación se agravara aún más.
La intervención de la Comisaría Sexta de Florencio Varela fue crucial en este caso. La llamada al número de emergencias 911 alertó a las autoridades, quienes de inmediato despacharon a personal del Comando Patrulla hacia la escena del crimen. Al llegar, se entrevistaron con Joel y recabaron información valiosa sobre el agresor.
La víctima identificó al atacante como un joven de 18 años con quien había tenido un conflicto previo. Gracias al testimonio de Joel y al permiso de sus padres, las autoridades realizaron una entrada en la vivienda del atacante, donde encontraron una arma de fuego tipo escopeta, conocida como «tumbera», recortada. Además, el cartucho percutado en el cañón de la escopeta reveló la peligrosidad de la situación.
El magistrado interviniente, en comunicación con las autoridades, respaldó plenamente la aprehensión y el secuestro del arma de fuego. Esta respuesta judicial permitió que la investigación avanzara de manera más precisa y que se garantizara la seguridad de la comunidad.