Carlos Orsini estuvo en 1982 en Puerto Argentino. Salía muy temprano y volvía de noche, formaba parte del pelotón que diseminaba minas para frenar el avance de los británicos. En medio de esa guerra y de coquetear permanentemente con la muerte, cada vez que podía, metía las manos en la chaqueta y sacaba aquel papel arrugado escrito a puño y letra que lo conectaba con la vida. Eran las cartas que les escribían familiares y amigos.
Todos los días esas cartas eran su forma de volver. De repasar la historia. De reencontrarse con sus padres que ya no están y que sabían doblemente de la guerra pues su papá había combatido en la segunda guerra mundial. Las llevaba consigo a todas partes desde hace 37 años. Se las mostraba a los alumnos de las escuelas donde da charlas. Por eso, el ladrón que el jueves a la noche le arrebató el bolso de su camioneta no se llevó sólo cartas, sino parte fundamental de una vida.
Esas cartas todavía no aparecieron. El intendente de Florencio Varela, Andrés Watson, lo llamó anoche y puso a disposición todos los recursos. Uno de ellos son las cámaras municipales que esta tarde Carlos tenía previsto observar. Mientras tanto, algunos chicos y otros grandes comenzaron a enviar fotos de esas misivas, para ayudar a reconstruirlas. Aunque claro que no son lo mismo y sigue la campaña para dar con ellas, estas sol algunas de las que quedaron digitalizadas.
Las cartas robadas al héroe de Malvinas no aparecen, éstas son algunas que estaban digitalizadas
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