Una semana antes de las despariciones de los jóvenes de Florencio Varela Lautaro Morello (18) y Lucas Escalante (26) la comisaría quinta de La Capilla y la estación de servicios YPF del barrio La Fiat había sido allanada por presuntas irregularidades con las horas extras de la policía, una oscura trama de pasar gorra y recaudar dinero.
Se trata de la comisaría de la zona de La Capilla, donde apareció el auto incendiado de los jóvenes y en el límite de la jurisdicción donde fue encontrado el cuerpo que se dice pertenece a Lautaro. También la zona de los allanamientos en la casa del comisario donde vive uno de los detenidos.
La estación de servicio YPF allanada, en tanto, es dónde pasó el auto minutos autos y quedó registrado por las cámaras. También,quedó registrado, según las versiones policiales, cómo uno de los detenidos cargó nafta en un bidón, algo que no está permitido.
Esa YPF pertenece a quien provee combustible a la Policía Bonaerense de Florencio Varela pero en otra de sus estaciones, la que está en Zeballos.
Investigan corrupción policial con las horas extras en Varela
Las horas Polad (Adicionales) siempre fueron una canaleta por donde se iba el dinero. Por eso, hace algunos años comenzaron a bancarizar los pagos lo cual podría dar una mayor transparencia. Sin embargo, la rosca siempre tiene una vuelta. Y, se investiga si en Florencio Varela está ocurriendo un caso que, de confirmarse, se transformaría en un verdadero escándalo. Aunque hasta ahora había sido guardado entre siete llaves, finalmente se pudo saber que investigan si hubo corrupción policial con las horas extras en dos comisarías de Florencio Varela.
Mientras Florencio Varela permanece conmocionada por la desaparición de los dos jóvenes, Lucas Escalante y Lautaro Morello, se acaba de conocer que la semana pasada Gendarmería Nacional allanó la Comisaría Quinta de La Capilla en dos oportunidades buscando documentación que pueda aportar datos sobre la supuesta irregularidad con las denominadas horas Polad (Policía Adicional). El procedimiento, además, incluyó una estación de servicios de YPF que está ubicada sobre la Ruta 53.
En efecto, por disposición judicial quienes se llevaron todo tipo de documentación para examinar fueron los gendarmes, quienes se dispusieron en dos grupos. Mientras que uno estaba en la comisaría, el otro se dirigió a la estación de servicios de YPF en el barrio La Fiat.
Según se informó, lo que se investiga es si se contratan horas adicionales que no se cumplen como tales.
Vale aclarar que las horas de Policía Adicional (Polad) se contratan externamente con cada comisaría o con el jefe de la policía local. Lo puede hacer un particular, una empresa, un comercio o un edificio público para solicitar el servicio de seguridad.
El dato fundamental es que se tienen que cumplir indefectiblemente cuando el policía está de franco, no cuando está en servicio o cuando hace horas extras (Cores).
Según la dirección de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense a cada agente que recibe un Polad “se le asigna el objetivo de acuerdo al contrato con la comisaría”.
Así, se le paga una hora determinada y el policía tiene que ir a cumplir su servicio. Después cobra. Estas horas no fueron aumentadas después del reclamo policial y quedaron en $1070. Y aunque la mayor parte está bancarizada existen algunas que todavía cobran en efectivo. Por supuesto, también están las que se cubren de manera “trucha” y los uniformados que custodian ese lugar están de servicio. Lo que es corrupción. Porque mientras faltan en las calles de Varela están cumpliendo algún trabajo privado.
También allanaron la comisaría tercera y el Banco Provincia del Cruce
Pero la comisaría quinta de La Capilla no fue la única allanada. Este lunes la seccional tercera y el Banco Provincia de Buenos Aires sucursal Cruce Florencio Varela también fueron parte de operativos en busca de documentación que aporten datos sobre una investigación similar.
Según trascendió, se investiga si las comisarías sobrefacturan los costos correspondientes por horas adicionales llamadas Polad de diferentes empresas privadas, organismos estatales y hasta de clubes de fútbol. Del total recaudado, sólo la mitad se destina a los policías por el pago de los servicios prestados y el excedente generado a partir del falso envío de agentes se cree que sería para pagar “una cuota” a los jefes policiales y hasta algunas fiscalías.