«Del dicho al hecho, hay un largo trecho», dice el refrán popular. Se trata, en verdad, de un proverbio de origen español pero muy popular y usado también en Argentina. Intenta subrayar cómo en ocasiones las promesas no son reflejadas en sus acciones, y es por ello que se deben denunciar las que no pueden cumplirse.
Puede leerse en la página de la obra social de los jubilados argentinos, PAMI, la siguiente leyenda. «PAMI brinda Internación Domiciliaria Integral destinada a otorgar prestaciones médicas de rehabilitación para personas afiliadas que cursen una patología en período agudo, o subagudo y que requieran un abordaje multidisciplinario para transitar la recuperación en su domicilio». Ese bien puede ser el dicho, los hechos son muy distintos.
Isabel de 81 años fue operada el jueves pasado, después de la postergación de una semana, en la Clínica Santa Clara de Florencio Varela. El cuadro de situación, reflejado por los médicos del sanatorio, era un fractura de cadera que necesitaba intervención quirúrgica y una consiguiente domiciliaria, con un largo reposo pautado en meses con asistencia de enfermera y kinesiólogo, cama ortopédica, colchón antiescara y silla de rueda. Y para ello, la clínica y los familiares, recurrieron a la leyenda anterior firmando la documentación de respaldo. Y PAMI lo autorizó.
Pues bien, según dispuso la obra social, la empresa Cuidados Sileno debía proveer de todo el material para una internación domiciliaria adecuada a la necesidad de la patología que atraviesa Isabel. Si bien, por el estado de salud de la abuela la silla de ruedas todavía no la necesita, pues tiene por lo menos para tres meses de postración en la cama, los empleados de la empresa Cuidados Sileno señalan que no la tienen en stock, como tampoco el colchón antiescara, el kinesiólogo no tuvo visitas, cinco días después del alta médica y la cama llegó el martes después de una larga insistencia de la hija por el temor a una nueva caída que complique su estado de salud. Solo la prestación de la enfermera es la que se está cumpliendo.
Así las cosas, bien cabe el refrán: «Del dicho al hecho, hay un largo trecho».
¿Un oscuro negociado con el cuidado de los abuelos?
En noviembre del 2016, hace casi seis años, Lorena Iaccarino, denunció a la empresa Cuidados Sileno SRL con domicilio en Florencio Varela por la supuesta facturación de servicios que no cumplió. Y aunque en este caso ocurrió con la obra social IOMA, surge a luz una sospecha que indigna. Quién controla que efectivamente los elementos que PAMI autoriza que se entreguen para la internación domiciliaria se cumplan en su totalidad. Quién gana y quién pierde. Cuánto se paga y por qué.
La empresa Cuidados Sileno SRL, según su propio portal, tiene como director a un viejo conocido y criticado en el ámbito de la salud local, fue secretario de salud municipal y funcionario del IOMA: Alejandro Bagato, cuyas oficinas se encuentran en la calle Moreno 240 de Florencio Varela.
“Entiendo que por ser médico Alejandro Bagato, uno de los socios de Cuidados Sileno, debería dar una respuesta por qué su empresa no prestó los servicios acordados, el personal que envió no concuerda con lo indicado en IOMA, falsificaron firma de beneficiarios y además facturaron por algo que nunca brindaron», dijo hace seis años indignada Lorena. Y la respuesta todavía espera. ¿Cuántos abuelos damnificados hay?