El turismo ha sido uno de los sectores más golpeados por la pandemia a nivel económico. Las restricciones de movilidad, los confinamientos y el miedo han supuesto un lastre para intentar recuperar, en parte, a los viajeros que poco a poco han ido moviéndose por los aeropuertos y estaciones de tren o bus.
Solo hasta mediados de año Argentina ya contabilizaba una pérdida de visitantes que se cifraba en millones, pero las cosas no han ido a mejor, lo que ha hecho que el gobierno haya tenido que abrir la puerta a un Plan Nacional de Turismo que palíe las pérdidas de empresas, agencias y demás actividades adscritas al sector.
Matías Lammens, Ministro de Turismo y Deportes ya comentó que desde el gobierno argentino «tenemos que cuidar los intereses de los consumidores, pero también a la industria del turismo, para que siga cumpliendo un rol dinamizador de la economía. Es una situación excepcional que requiere de herramientas y soluciones excepcionales».
Entre las medidas, se han establecido hasta tres fondos que pretenden dar respuesta a las medianas empresas que se dedican al turismo, al perfil de prestador de servicios como guías o chóferes, entre otros y, finalmente, el tercero, para desarrollar obras turísticas en los principales destinos del país para, cuando la normalidad vuelva, que se espera ocurra con la vacuna, recibir al máximo número posible de turistas tanto nacionales como internacionales.
¿Cuáles son las previsiones para 2021?
El problema del parón turístico no conoce de destinos, sino que ha sido global. Las aerolíneas han visto cómo han ido teniendo que cerrar rutas y cancelar vuelos para responder a las medidas sanitarias que se iban imponiendo en destinos distintos del globo y que suponían cuarentenas para los turistas, lo que hacía que las cancelaciones, también por parte particular, hayan incrementado más de un 80%.
Aunque a principios de abril se esperaba poder apurar al máximo y salvar el verano, actualmente lo que se busca es intentar llegar hasta el próximo verano con cierta tranquilidad. Pero depende de cuándo esté disponible la vacuna y cuánto tarde en llegar al máximo número de personas.
Buenos Aires, Mendoza o Bariloche han sido tres de los destinos argentinos que más han perdido por el camino a nivel económico por la falta de visitantes no solo internacionales sino también nacionales y de proximidad.
“Es cierto que esperábamos que hubiera un frenazo del turismo que llega desde Europa y Norteamérica, pero nos hemos encontrado con que el turismo chileno, importante también para nuestro sector y el propio argentino ha dejado de salir atendiendo a las recomendaciones sanitarias, lo que ha terminado por dibujar un panorama desolador para nuestro sector a muchos niveles: ocupación, comercio y servicios se han visto abocados a no facturar” explicaban algunas empresas del sector.
Y todo pese a medidas que trataban de alargar las semanas con fechas festivas que motivaran a la movilidad nacional para que el turismo nacional pudiera ser un pequeño parche para una industria que ve complicado salir adelante en el corto plazo, aunque se sabe despegará nuevamente tan pronto sea posible moverse, de nuevo, de forma relativamente libre.