Cantos, danzas, vestimentas especiales, músicas de tambores y ofrendas de todo tipo dieron forma al más importante de los rituales afroumbandistas, la celebración de Iemanjá -reina de los mares y madre de los orixas, los «santos» de la religión Umbanda-, que en la Argentina se lleva adelante en unas treinta localidades de todo el país.
Santiago Allegue, titular de la Agrupación Social, Cultural y Religiosa Africanista y Umbandista (ASRAU), explicó que la organización que preside realiza esta celebración desde hace 15 años en la Ribera de Quilmes, donde las 10.000 personas que asisten cada año la transforman en la más populosa de su tipo en la Argentina.
«Es un momento de pura fe y alegría, como todo lo que forma parte de esta religión. Lo que hacemos durante el rito es agradecerle a Iemanjá todo lo que nos brinda en el año, desde los actos de amor y la salud, hasta los nacimientos de hijos. Lo hacemos a través de ofrendas de distinto tipo, pero nunca de animales muertos, como otros dicen por ahí», expresó Allegue.
El ritual tiene inicio a las 9 y se extiende hasta las 21, cuando los distintos grupos que llegan hasta la costa quilmeña se retiran a sus hogares.
«Se trata de un momento que se destaca por su colorido, música y cánticos. Predominan las personas vestidas de celeste, por el color del mar y característico de Iemanjá, y el blanco, que simboliza la pureza. Cada una de los templos autorizados realizan sus propios cantos, pero también hacemos danzas en base a ritmos de tambores en conjunto», relató el titular de ASRAU.
Las ofrendas que se llevan hasta la costa nos están prefijadas, sino que cada uno de los feligreses entrega lo que cree que le sería de mayor agrado a Iemanjá. Algunos optan por comida mientras que otros optan por espadas o perfumes, todo depende del orixa -santo- que se venere o de las posibilidades de los que se acerquen.
«Hay quienes optan por hacer una pequeña barca y llevarla río adentro, donde Iemanjá la recibirá con agrado. El resto deja sus ofrendas en el hábitat de Iemanjá, que puede ser en la costa o los árboles de la zona», expresó Allegue.
Celebrada todos los 2 de febrero y el primer domingo del mes en Mar del Plata, día en el que la municipalidad les dio autorización para llevarla a cabo, el líder de ASRAU aseguró que es «la celebración más importante del año» para su religión.
Consultado por la discriminación que pudieran sentir de las personas ajenas al culto, la máxima autoridad de ASRAU asegura no sentirse apuntado por profesar su creencia.
«Hay vecinos que se acercan, preguntan y se llevan una buena imagen. No nos sentimos discriminados por alguien que habla sin saber porque no herimos a nadie con lo que hacemos. ¿Quién tiene la verdad de lo que se desconoce?», se preguntó Allegue, quien admitió que años atrás la situación sí era peor y que, pese a los avances, aún hoy hay lugares en los que se puede perder su trabajo por decir que son umbandistas.