En una semana para el recuerdo, la furia de los cielos descargó sobre Florencio Varela casi 300 mm de lluvia, dejando un rastro de caos y desolación. Desde la tranquila ruralidad de La Capilla Ingeniero Allan hasta el bullicio urbano, nadie escapó del implacable diluvio que marcó un récord desde que las mediciones comenzaron en 2012, según reveló el experto Adrián Irurzún.
El fenómeno del Niño, siempre caprichoso, suele elegir marzo y abril para regalarnos sus lluvias, y esta vez no fue la excepción. Con el agua cubriendo calles y campos, el intendente Andrés Watson convocó a una urgente reunión del Comité de Emergencias. La situación es crítica: imágenes difundidas por el portal del diario Infosur dieron cuenta del cuantioso desastre ocasionado a la zona productiva de verduras y hortalizas con pérdidas cuantiosas para los campesinos locales.
En ese sentido, Watson, con la seriedad que amerita la ocasión, prorrogó el Estado de Emergencia y declaró Desastre Agropecuario ante la magnitud del temporal. Las pérdidas, lamentablemente, son catastróficas: hasta el 80% de los recursos productivos se han esfumado, en algunos casos, la totalidad.
El llamado del mandatario es claro: eliminar riesgos, normalizar la situación y asistir a la ciudadanía. Equipos multidisciplinarios, bajo su atenta mirada, recorrieron las zonas afectadas, desde Bosques Norte hasta El Parque, brindando ayuda y mitigando los daños.
Las calles inundadas, los árboles caídos, los desbordes del arroyo San Juan… la imagen es desoladora. Sin embargo, hay luz al final del túnel: el pronóstico indica al menos una semana de buen tiempo. Un respiro tan esperado como necesario para una comunidad que, una vez más, se levanta tras el embate de la naturaleza.