La mañana cayó espesa sobre Florencio Varela, Quilmes y Berazategui. En las esquinas donde siempre se amontonan pasajeros rumbo al trabajo —Novak, Senzabello, el centro, Bosques— el ritual cotidiano se quebró temprano: esta vez no llegó el motor del 500, ni el 507 dobló la esquina; las paradas quedaron llenas de mochilas, miradas perdidas y celulares buscando alternativas. El paro de colectivos anunciado por la Unión Tranviarios Automotor (UTA) finalmente se materializó y dejó a miles de usuarios varados en el AMBA.
El conflicto estalló por el incumplimiento en el pago del 50% restante de los salarios, según informó el gremio. Desde las 00:00 de este viernes, los choferes de más de 30 líneas urbanas y suburbanas se plegaron a la abstención de tareas. Una postal que se repite todos los meses desde principio de año, pero que hoy volvió a golpear en una semana marcada por el ajuste tarifario y la tensión social.
En el plano zonal, el impacto fue inmediato: en Florencio Varela quedaron paralizadas las líneas 500, 501, 502, 504, 506, 507 y 508, afectando los recorridos hacia Bosques, Villa Vatteone, La Sirena, Zeballos y San Rudecindo. En el resto del Área Metropolitana también detuvieron sus unidades las 22, 28, 44, 101, 153, 159, 172, 174, 219, 242, 253, 298, 300, 317, 321, 324, 372, 383, 583, 584, 603, 619 y 624.
“Hoy no sabemos cómo volver”, se lamentaba Zulma, vecina del barrio San Juan, en la parada de la 324. Como ella, cientos caminaron largos tramos para llegar al tren o a otros puntos de conexión. La escena se repitió en Hudson, Berazategui, Quilmes y todo el cordón sur.
La UTA lo anticipó anoche mediante un comunicado firmado por su secretario general, Roberto Carlos Fernández. Allí advirtió que, ante la “falta de verificación del cobro del salario completo”, se activaría la medida en todas las empresas que no cumplieran sus obligaciones. Y remarcaron que “el salario es el sustento de nuestras familias”, reclamando intervención de las autoridades para evitar que el conflicto escale.
Mientras tanto, desde El Nuevo Halcón informaron que sus líneas trabajan con normalidad, dado que los trabajadores cobraron la totalidad del sueldo. El contraste entre empresas añadió confusión entre los pasajeros que aguardaban sin información en las paradas.
El paro también cae en una semana sensible: comenzó a regir la nueva tarifa del transporte, con un boleto mínimo de $593,52 en Ciudad de Buenos Aires, $658 en el Gran Buenos Aires y $494,83 en los servicios de jurisdicción nacional. Tres números distintos para un mismo viaje que, para muchos, hoy ni siquiera pudieron hacer.
La continuidad de la medida dependerá de la regularización de los pagos. Hasta entonces, miles de usuarios del sur del conurbano vuelven a acomodar sus rutinas, resignados a un amanecer más largo, más caro y sin colectivos en las esquinas.

