Florencio Varela/Quilmes/Berazategui – Este miércoles 8 de mayo amaneció con una escena que ya se está volviendo demasiado familiar para los usuarios del tren Roca: largas colas y esperas interminables. Las estaciones de la línea sur del Gran Buenos Aires lucían abarrotadas, las caras de frustración eran evidentes y el aire estaba cargado de tensión. El motivo: el inicio de unas necesarias pero disruptivas obras en el viaducto de Barracas que prometen afectar el servicio por tres semanas.
Desde primera hora, los andenes se convirtieron en mar de gente. Pasajeros apretujados, algunos tratando de leer los escasos anuncios sobre los cambios en el servicio, otros simplemente esperando poder acercarse a uno de los vagones. «Estamos más de una hora esperando poder entrar a alguno de los vagones», comentó resignadamente Marta, una pasajera del ramal Bosques, mientras miraba el reloj.
La causa de este caos no es solo la reducción en la frecuencia de los trenes —40 minutos para los ramales La Plata y Bosques vía Quilmes, y 20 minutos entre Plaza Constitución y Berazategui— sino también una aparente falta de comunicación efectiva sobre las alternativas disponibles.
Colectivos en horarios pico por demoras en el Tren Roca
Trenes Argentinos implementó colectivos para cubrir el trayecto de Plaza Constitución a Temperley, con paradas en Lanús, Banfield y Lomas de Zamora, operativos en los horarios pico de 6 a 10 y de 14 a 20 hs. Pero, según los usuarios, esta información llegó tarde y mal.
“Llegué a la estación y fue una sorpresa encontrarme con todo esto. Nadie me dijo nada de colectivos hasta que escuché por los altavoces, ya estando en el andén”, señaló Gabriel, otro pasajero afectado. Mientras tanto, en redes sociales, las quejas no se hacían esperar: “En Monte Grande la gente no puede bajar ni subir. Un desastre”, escribía un usuario claramente molesto.
El personal de la estación hace lo que puede, dirigiendo a las personas, intentando mantener el orden, pero el ánimo es de claro descontento. La promesa de que el viaducto Barracas, una estructura centenaria que urge una reparación, estará mejor que nunca después de estas tres semanas parece un consuelo lejano para quienes deben lidiar con el presente caótico.
Este primer día de obras es solo el comienzo de un periodo que se prevé complicado para los usuarios del tren Roca. La esperanza de muchos está puesta en que la situación mejore con los días, a medida que la gente se acostumbre a los nuevos horarios y las opciones de transporte alternativo.