Miles de vecinos acompañaron el cortejo fúnebre del intendente Juan José Mussi en un adiós cargado de emoción, banderas y gratitud que recorrió las calles de Berazategui hasta el Cementerio Parque Municipal
La mañana en Berazategui amaneció distinta, con un silencio espeso que se mezclaba con el murmullo de los primeros vecinos acercándose a la Avenida 14. Frente al edificio municipal, donde tantas veces se vio entrar y salir a Juan José Mussi, comenzó a formarse una caravana que pronto se volvería inmensa. Autos, motos, camionetas, bicicletas y hasta familias a pie: todos querían despedir al intendente que marcó para siempre la identidad del distrito.
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El cortejo fúnebre partió desde el Palacio Municipal, envuelto en un mar de banderas naranjas —el color que sintetiza la cultura política berazateguense— y celestes y blancas que flameaban sobre los techos de los vehículos. Desde las casas y veredas, la gente saludaba en silencio o entre lágrimas; otros agitaban pancartas con frases de agradecimiento: “Gracias por tanto, Juanjo”, “Berazategui te abraza”, “Tu pueblo siempre con vos”.
Un acompañamiento que colmó las calles
A lo largo del trayecto hacia el Cementerio Parque Municipal, la caravana creció hasta volverse interminable. Los vecinos se acercaban al paso del cortejo, algunos haciendo la señal de la cruz, otros aplaudiendo sin pausa. El sonido de los motores se mezclaba con un cántico repetido que parecía surgir de toda la ciudad:
“¡Mussi, corazón!
Banderas naranjas sobre motos, flores en las manos de los peatones, niños levantados sobre los hombros para ver la caravana pasar: la escena era la de un pueblo que se despedía sin prisa, con el cuidado afectuoso de quien despide a alguien propio.

El último adiós en el Cementerio Parque
Ya en el Cementerio Parque Municipal, la multitud colmó el lugar en un clima de profundo respeto. Allí tomó la palabra el Padre Ignacio Blanco, quien sostuvo que Mussi “fue un emblema, un amigo y hasta ese doctor que siempre estuvo cerca de la gente”.
La ceremonia tuvo un tono íntimo y sensible: el sacerdote dedicó una oración y luego una canción titulada Las Golondrinas, mientras el público lo escuchaba en absoluto silencio.
“Podemos pensar que la muerte es una mentira —dijo Blanco, citando a Galeano—. Como las golondrinas que emigran en busca de calor, nuestro querido Juan José también estará emigrando ahora hacia la luz y la vida en plenitud.”
Las palabras hicieron quebrar a muchos que, con la mirada húmeda, abrazaban a familiares y vecinos.
Un legado que trasciende generaciones
La despedida multitudinaria demostró que Mussi fue un símbolo de pertenencia para Berazategui. Médico, militante y referente del peronismo, construyó una impronta que atravesó barrios, escuelas, clubes y generaciones.
Y este miércoles, en una caravana que ocupó calles enteras, la comunidad lo acompañó una vez más, como él mismo había acompañado a su pueblo durante décadas.
En Berazategui, el aplauso final se extendió varios minutos, largo y sincero, como el legado que deja.
Hasta siempre, Juan José Mussi.

