Miles de fieles desafiaron el calor extremo en el Cruce Varela: la Misa de la Esperanza en su edición más emotiva

Date:

La Diócesis de Quilmes celebró su tradicional Misa de la Esperanza en el Cruce Varela con un mensaje contundente del obispo Tissera sobre injusticia, hambre y exclusión. En su 30ª edición, la ceremonia reunió a miles de personas que caminan hacia el Tercer Sínodo Diocesano y el 50º aniversario de la diócesis en 2026.

FLORENCIO VARELA – El sol de la tarde pegaba sin piedad sobre el Cruce Varela. Las temperaturas rozaban los 35 grados, el asfalto ardía y las sombras escaseaban. Pero nada de eso detuvo a miles de fieles que llegaron desde todos los rincones de la Diócesis de Quilmes para participar de la 30ª edición de la Misa de la Esperanza, celebrada este sábado 15 de noviembre. Con pañuelos improvisados como abanicos, botellas de agua circulando de mano en mano y una fe inquebrantable, el pueblo de Dios se congregó en uno de los encuentros más emotivos y masivos del año litúrgico diocesano.

Apoyá el periodismo local

Desde hace más de 20 años, Infosur informa con mirada local desde Florencio Varela, Quilmes y Berazategui. Tu aporte voluntario nos ayuda a seguir haciendo periodismo libre, independiente y desde el territorio.

Gracias por hacer posible que sigamos contando las historias de nuestro sur bonaerense.

La convocatoria no fue casual. La celebración coincidió con la 9ª Jornada Mundial de los Pobres, impulsada por el Papa, bajo el lema «Tú, Señor, eres mi esperanza» (Salmo 71, 5). Y en tiempos donde la esperanza parece un bien escaso para millones de argentinos golpeados por la crisis económica, el mensaje cobró una dimensión profundamente política y social.

Tres obispos y un mensaje unificado

Al frente de la celebración estuvieron el obispo de Quilmes, Carlos José Tissera; el obispo auxiliar de la diócesis, Eduardo Gonzalo Redondo; y el obispo emérito de Río Gallegos, Juan Carlos Romanín, salesiano que colabora activamente en la diócesis. Los tres prelados concelebraron junto a decenas de sacerdotes y diáconos, en un altar montado especialmente para la ocasión en pleno Cruce Varela, ese nudo vial y simbólico que conecta Florencio Varela con el resto del conurbano sur.

Monseñor Tissera, en su homilía, no se guardó nada. Con voz firme y pausada, hizo un recorrido por el dolor que atraviesa a las comunidades de la diócesis:

«Venimos para reafirmar nuestra fraternidad, haciéndonos una sola cosa con Jesús y con tantas hermanas y hermanos que caminan junto a nosotros, cansados y agobiados por el peso de la injusticia, del maltrato, de la exclusión, de la falta de trabajo, de la falta de oportunidades».

El obispo no habló en abstracto. Enumeró con precisión quirúrgica las heridas del pueblo: «Traemos la angustia de los que viven la inseguridad laboral, el dolor de las víctimas de la violencia en todas sus formas. Traemos al altar el tormento y la tristeza que causa la adicción de toda clase; el padecimiento de los enfermos, de los que sufren por no tener acceso a los medicamentos».

Y siguió: «También el desconsuelo de los que son discriminados por su origen racial, el sufrimiento de las víctimas de tantas clases de abusos y atropellos; el clamor y la paciencia de las jubiladas y los jubilados que piden ser escuchados y reconocidos en sus reclamos».

El grito por los niños con hambre

Uno de los momentos más conmovedores de la homilía llegó cuando Tissera habló de los más vulnerables: «Llegan también a esta mesa de los hijos de Dios, los gritos y los llantos de los niños con hambre, malnutridos, y de los que andan sin rumbo buscando un hogar, un consuelo en quienes puedan darle un plato de comida, una palabra de cariño y un consejo que los anime a vivir con alegría».

Las palabras del obispo resonaron en un contexto de creciente preocupación por los índices de pobreza infantil y malnutrición en el conurbano bonaerense. Según datos recientes, más del 60% de los niños y niñas de la región viven en hogares bajo la línea de pobreza. En Florencio Varela, comedores comunitarios y merenderos parroquiales trabajan a destajo para cubrir la demanda creciente de familias que no llegan a fin de mes.

Entre los fieles presentes, muchos asintieron con lágrimas en los ojos. «El obispo dijo lo que sentimos todos los días», comentó Marta, voluntaria de un comedor. «Nosotros vemos esos niños con hambre. No son estadísticas, son pibes que vienen con la pancita vacía y nos miran esperando que les demos algo».

obispo-carlos-tissera-misa-esperanza-florencio-varela-homilia-pobres-2025
Monseñor Carlos José Tissera durante su emotiva homilía en la que denunció la injusticia, el hambre infantil y la exclusión social. «Traemos al altar los gritos de los niños con hambre», expresó el obispo de Quilmes.

La memoria de Novak y el legado de Francisco

Monseñor Tissera también dedicó un momento especial para recordar al Siervo de Dios Jorge Novak, primer obispo de la Diócesis de Quilmes, cuyo 50º aniversario de Ordenación Episcopal se conmemorará en 2026. Novak es una figura emblemática para la Iglesia diocesana, conocido por su compromiso con los pobres y su valentía para denunciar injusticias sociales.

Tissera recuperó una oración que Novak pronunció en el tedeum de mayo de 2001, en plena crisis económica y social que desembocaría en diciembre de ese año: «Que Dios bendiga nuestro país, a los pobres, a nuestros gobernantes, a los empresarios, a los dirigentes, a los responsables de administrar justicia, a los pastores, a nuestras comunidades, a los jóvenes, a las mujeres, y a los niños…».

La referencia a aquella oración de Novak no fue casual. En 2001, Argentina vivía una crisis terminal que explotó con la renuncia de Fernando de la Rúa. Hoy, en 2025, muchos argentinos sienten que viven un momento igualmente crítico. Y la Iglesia, desde su trinchera pastoral, intenta sostener la esperanza en medio de la tormenta.

Expo-Feria: la Iglesia en acción

Horas antes de la misa, durante la tarde calurosa, el Cruce Varela se transformó en una feria a cielo abierto. Los diferentes departamentos, movimientos y grupos de la diócesis montaron stands para compartir sus experiencias, carismas y proyectos solidarios. Había desde cooperativas de trabajo hasta grupos juveniles, pasando por comunidades de base, pastorales sociales y equipos misioneros.

La «Expo-Feria y Memoria agradecida» funcionó como una vidriera de todo el trabajo territorial que la Iglesia diocesana realiza durante el año. Muchos visitantes descubrieron allí iniciativas que desconocían: ollas populares, escuelas de oficios, centros de apoyo escolar, espacios de acompañamiento a adictos, talleres de capacitación laboral.

Camino al Tercer Sínodo Diocesano

La Misa de la Esperanza tuvo también un componente de proyección hacia el futuro. La Diócesis de Quilmes está transitando su año jubilar diocesano y se prepara para dos hitos fundamentales: el Tercer Sínodo Diocesano y la celebración del 50º aniversario de su creación en 2026.

Un sínodo diocesano es un proceso participativo donde toda la comunidad eclesial —obispos, sacerdotes, religiosos y laicos— reflexiona sobre el camino de la Iglesia local y define líneas pastorales para los próximos años. Es, en esencia, un ejercicio de democracia eclesial.

Monseñor Tissera anunció que «la próxima Misa de la Esperanza será después de la conclusión del Tercer Sínodo Diocesano. Ya tendremos delineados las líneas pastorales que nos animarán en el camino de los próximos años».

El mensaje era claro: esta Misa no fue solo un encuentro litúrgico, sino un punto de inflexión en un proceso más amplio de discernimiento comunitario. La Iglesia de Quilmes se está repensando a sí misma, escuchando a sus comunidades, tratando de responder a los desafíos del tiempo presente.

Los agradecimientos y el cierre

Antes de concluir la celebración, monseñor Tissera agradeció la organización a la Vicaría de Solidaridad y «a tantas y tantos que en los distintos lugares de la Diócesis van sembrando esperanza con su entrega y servicio, especialmente en favor de los más humildes».

Fue un reconocimiento a los miles de anónimos que sostienen el trabajo social de la Iglesia: las catequistas que preparan a los chicos para la comunión, los voluntarios de los comedores, las religiosas que atienden dispensarios, los laicos comprometidos que dan su tiempo y su trabajo sin esperar nada a cambio.

Cuando la bendición final fue impartida y los fieles comenzaron a dispersarse, muchos se quedaron un rato más conversando, tomando mate, compartiendo experiencias. No había apuro por irse. Había, más bien, ganas de prolongar ese momento de comunidad, ese oasis de fraternidad en medio de tiempos difíciles.

expo-feria-diocesis-quilmes-cruce-varela-movimientos-parroquiales-solidaridad
La Expo-Feria diocesana previa a la misa permitió conocer el trabajo territorial de movimientos, parroquias y grupos solidarios que acompañan a las comunidades más vulnerables de la Diócesis de Quilmes.

La esperanza como acto de resistencia

En un país donde la palabra «esperanza» suena cada vez más a ingenuidad o a eslogan político vaciado de contenido, la Misa de la Esperanza en el Cruce Varela fue un gesto de resistencia. Resistencia contra el cinismo, contra la desesperanza, contra la tentación de tirar la toalla.

«Esperanza no es optimismo barato», explicó el padre Romanín en una entrevista posterior. «Esperanza es creer que otro mundo es posible, y trabajar para construirlo. Es no resignarse a que las cosas sean siempre así. Es apostar por la vida cuando todo parece muerte».

Esa apuesta se vio el sábado en el Cruce Varela. Miles de personas que desafiaron el calor, que viajaron kilómetros, que dejaron sus casas y sus ocupaciones, solo para estar juntos, para decir «acá estamos, seguimos, no nos vencen».

La homilía completa de monseñor Tissera puede leerse en el sitio web de la diócesis. Las fotos de la celebración están disponibles en la página de Facebook de la Diócesis de Quilmes. Y el video completo de la misa puede verse en el canal de YouTube diocesano.

Pero más allá de los registros audiovisuales, lo que ocurrió el sábado en Florencio Varela quedará grabado en la memoria colectiva de una comunidad que sigue apostando por la esperanza, incluso cuando todo parece conspirar contra ella.

Te puede interesar
Relacionado

Robaron las lupas de un cirujano y hay alarma en el Hospital El Cruce de Varela

Un robo insólito que puede frenar operaciones clave en...

Cayó narco en Villa Hudson: allanaron la «boca» y secuestraron 73 dosis de cocaína lista para la venta

Un operativo policial en Florencio Varela desbarató un punto...

El fenómeno de Fortune Tiger en redes sociales y su impacto en el juego online en Brasil

En los últimos meses, el juego Fortune Tiger se...