Familiares, representantes de organizaciones sociales y vecinos marcharon ayer y encabezaron un acto en la puerta de la comisaría Primera de Florencio Varela, al conmemorarse 20 años del homicidio de Andrea Viera, la joven varelense torturada y asesinada por lo que dos expolicías fueron condenados a prisión perpetua años atrás.
A través de un comunicado su hermana expresó que «hace 20 años Andrea Viera fue empujada a golpes para que atravesara el portón de entrada a la Comisaría 1ª de Florencio Varela, en horas de la noche. La sacaron a la madrugada. La sacaron inconsciente de acá. La trasladaron al Hospital Municipal “Mi Pueblo”, luego de haberla dejado postrada en un coma irreversible hasta morir por la brutalidad de los golpes, la vejación y el ahorcamieto al que la sometieron Marta Jorgelina Oviedo, David Leonardo Gutiérrez, Carlos Daniel Maidana, Oscar Luciano Farías, Erica Parra, Marcelo Aquino, Diego Hernán Herrera, Luis Tachino, Suriano y Ortega, todos bajo la conducción de José Oscar Sita y Rafael Ominelli, la cúpula policial de la 1ª».
«Gustavo Cardozo, su compañero, fue arrastrado junto con ella, y torturado también. Pero no llegó a perder el conocimiento. Sino que fue testigo de los gritos de su mujer desde el patio del edificio policial, arrodillado y a todo tipo de golpes, pisotones, puñetazos y patadas, durante toda la noche y la madrugada que duró la sesión de torturas a la que sometieron a Andrea., aquel 10 de Mayo de 2002. Para los que hoy nos encontramos honrando la memoria de Andrea, cualquier similitud con la bestialidad de los grupos de tareas de la Dictadura o con la saña brutal y asesina de la extrema derecha, no es casualidad».
A lo largo de dos décadas hubo cinco juicios orales, dos policías condenados a prisión perpetua, otros catorce absueltos, un prófugo aún con pedido de captura internacional y un testigo «ejecutado» cuyo crimen nunca tuvo ningún acusado, es el saldo de un caso paradigmático de violencia institucional como el de Andrea Viera, ocurrido en mayo de 2002.
El hecho ocurrió el 10 de mayo de 2002, cuando Viera (25) y su pareja, Gustavo Cardozo, salieron de su casa en Florencio Varela para visitar un familiar y en el camino se bajaron del colectivo 324 porque ella estaba descompuesta.
La pareja se sentó en el umbral de una casa y de repente un grupo de policías la detuvo tras acusarla de haber disparado contra un efectivo poco antes en un tiroteo en el que murió un joven.
Viera fue llevada a una dependencia de la seccional donde la cabo Oviedo y otros policías querían que confesara su participación en el tiroteo en el que había resultado herido el policía. Entonces, le gritaron «rata», le tiraron del pelo y la golpearon arriba de un escritorio hasta dejarla desmayada. Ante esa situación, los policías llamaron a una ambulancia que trasladó a la joven al hospital «Mi Pueblo», donde murió doce días más tarde.